Una nueva y riesgosa forma de relación está masificándose entre los adolescentes: el envío de mensajes con alto contenido erótico o pornográfico, bien sean textos, imágenes o videos, que en su mayoría se hacen a través de los teléfonos móviles. La única forma de detener este fenómeno, que conlleva desde acosos, líos legales y hasta la muerte, es con la educación y la comunicación.
En 2010, el suicidio de la joven de 18 años, Jesse Logan, conmocionó al estado de Ohio, en Estados Unidos, no sólo por el trágico final que puso a su vida sino también por la razón que la llevó a tomar tal decisión: no soportó la presión de saber que múltiples fotografías suyas estaban circulando por diferentes redes sociales luego de que su ex novio, con el que practicaba el ‘sexting’ o ‘sexteo’ y con quien intercambiaba fotos privadas tomadas con sus teléfonos celulares, difundiera las imágenes de su cuerpo.
El dramático caso de esta joven refleja “hasta donde nuestros adolescentes son vulnerables a la interacción que impone el acceso a los medios tecnológicos, como son los celulares y las redes sociales, en donde por las características de su edad buscan, con la inexperiencia de sus tempranos años, el reconocimiento frente a los demás y saciar una curiosidad desbordante”, asegura Mario Valdivieso, conferencista y sicólogo del Grupo Valdivieso que asesora a múltiples colegios en el país. Valdivieso asegura que “el interés por saber de todo, es lo que lleva a los adolescentes a involucrarse en prácticas, como el ‘sexting’, para las que por supuesto no están preparados por muy precoces que sean».
El fácil manejo de los aparatos, la portabilidad de los mismos y el acceso a las nuevas tecnologías, han hecho que estas herramientas, por un lado, se conviertan en los mejores aliados de los padres al momento de querer localizar a sus hijos y estar en permanente contacto con ellos, pero por otra parte, se han convertido en el medio para que nuestros hijos establezcan nuevos tipos de interacciones con muchachos de edades similares y hagan de este tipo de contacto algo vital e indispensable en su diario vivir.
El problema se presenta cuando no logran dimensionar las consecuencias de sus acciones ya que la gran mayoría no tiene en cuenta que cualquier foto, texto o video que envíen, por más “privado” que crean que puede ser, en cualquier momento podría llegar a múltiples destinatarios.
Para Valdivieso, aunque esta práctica sea muy común, “desde ningún punto de vista puede verse como un comportamiento normal”, ya que no siempre su fin es el más conveniente y sus consecuencias suelen ser, en la mayoría de los casos, desagradables
Además, este experto señala que lo más importante en estos casos y en cualquier relación que involucre connotaciones sexuales es que exista una madurez, que no sólo les permita saber escoger, sino trazar límites y evitar riesgos, pues cada etapa de la vida conlleva determinados procesos que no deben ser alterados, ya que pertenecen a un proceso determinado de las distintas épocas de la vida.
Ojo con el acoso sexual
Niños y jóvenes no están preparados para hablar de sexo o promocionarse por cualquier medio, sea virtual o real, ya que iniciarse tan temprano los formaría como adultos que no valoran su cuerpo, incapaces de crear relaciones sentimentales firmes y duraderas, y probablemente terminarían siendo personas con niveles de autoestima muy bajos, capaces de hacerse daño a sí mismos y a los demás. Y la realidad le da la razón a Valdivieso. Los menores que practican el ‘sexteo’ se ven expuestos muchas veces en Internet al acoso sexual por parte de adultos (grooming), burlas y ridiculización (ciberbullying) y enredos legales o chantajes. Esto ha hecho que en países europeos y Norteamérica se considere el ‘sexting’ como uno más de los crímenes cibernéticos.
Valdivieso no condena el medio pero critica su uso, por eso hace puntuales recomendaciones para un adecuado manejo de la tecnología. “Con el auge de los teléfonos inteligentes, en casa debe haber una orientación sobre su uso responsable, porque no sólo tienen múltiples ventajas, sino también peligros. Es imposible prohibir su uso, pero los adultos están en la obligación de enseñarles a los niños que estos aparatos no deben ser vistos como elementos ocultos o imprescindibles”.
“Debe haber un mínimo de criterio para dar a nuestros hijos celulares o permitir el libre uso de Internet y ellos deben entender que no está permitido ‘chatear’ hasta altas horas de noche, que no pueden tener el computador en sus habitaciones ni mucho menos hacer de estos elementos algo “íntimo”, puntualiza Valdivieso.
Con un preocupante incremento del 60 por ciento de los jóvenes que en las principales ciudades del país han participado de alguna manera del ‘sexting’, y con las cifras apuntando a que más del 80 por ciento de ellos tienen menos de 18 años, Valdivieso finaliza con un especial llamado a los padres: “Siempre hablo de “estar”. Para mí, esa es la clave, mucho más allá de la calidad de tiempo que les demos a nuestros hijos ya que es la única forma de mantenerlos al margen de estas actividades. Debemos tener control sobre sus vidas en justas proporciones: saber dónde están, establecer horarios, conocer a sus amigos, hablar con sus maestros, pero sobretodo saber decir NO, porque dicho a tiempo les enseña a decir NO a drogas, a malas compañías, a sexo irresponsable o a destiempo”. Este trabajo que nace en la casa debe ser reforzado en el colegio, ya que las instituciones tienen que dar un acompañamiento permanente a las actividades de los niños ya que deben ayudar a controlar, pero también a educar sobre la forma en la que cada nuevo adelanto de la tecnología debe servir para hacernos hombres íntegros, organizar nuestro tiempo y construir una mejor sociedad, porque la vida entera está esperando mucho más allá de una pantalla
Recuerda
-Cuando se envía cualquier tipo de información, ya sea un texto, una foto o un video, se pierde el control sobre ese material y su destino. ¡Piensa antes de enviar!
-Se debe conocer el nivel de seguridad y privacidad de los dispositivos y aplicarlo de manera responsable.
-No ceder ante la presíon ni el chantaje.
-No ser partícipe del ‘sexting’: ni creándolo, ni reenviándolo, ni fomentándolo.
“El ‘sexting’ se convirtió en una práctica común entre nuestros niños y adolescentes con la que buscan el reconocimiento y auto identificación frente a sus pares, pero que conlleva demasiados peligros”. Mario Valdivieso
Fuente:
Núñez Bastidas, Edgar. Sexting: una relación peligrosa. En: Revista Edu.co. No. 10 (noviembre, 2012); p.28 ISSN 2145 7328
Por: Edgar Núñez Bastidas
O² Comunicaciones
Especial para Revista Edu.co