Queridos padres de familia, en esta ocasión hemos querido traerles un artículo y su comentario acerca de la salud mental de nuestros niños y jóvenes en los escenarios a los que acuden después del confinamiento.
Este artículo está escrito por María Florencia Harraca.
Psicóloga (UNR) Psicoanalista de niños, adolescentes y adultos. Magíster en psicoanálisis (UNR) Integrante de la Comisión académica de la maestría en clínica psicoanalítica con niños (UNR). Docente regular e investigadora de UNR y IUNIR. Miembro de Forum Infancias Rosario-Red Federal y Supervisora de los casos clínicos.
Dice la doctora Harraca, que se propone indagar un poco acerca del impacto que ha tenido en la subjetividad el confinamiento por el que hemos pasado.
Consideramos de vital importancia ocuparnos de este asunto, en virtud de que el tema de la subjetividad, atañe entre otras cosas, a la salud mental que tanto se ha visto afectada durante la restricción que ha tenido que vivir la humanidad.
Inevitablemente la virtualidad se propuso como alternativa a la imposibilidad de que los seres humanos pudiéramos compartir otros escenarios. Pero también ha traído la ilusión de que no cambió nada en nuestra vida, la idea de que nada se detuvo. El trabajo se volvió home office. La educación se hizo virtual y el encuentro con el otro resultó más peligroso que en ninguna otra época. El contacto con el otro se mediatizó por una cámara y el rostro se cubrió hasta la mitad.
Para los jóvenes y adolescentes, la imagen se hizo ahora más invaluable que antes del confinamiento, creando la ilusión de que la imagen es la persona. Esta sobrevaloración y la aparición de la virtualidad en muchos aspectos de la vida humana hacen pensar a la autora de este artículo en el concepto de hiper-virtualidad, “fenómeno propio de la época que exacerba el uso de la virtualidad en nuestra vida cotidiana, en un contexto de posmodernidad que invita más que a la reflexión, a la impulsión, al goce y al consumo”, que entre otras consecuencias trae la suspensión de la reflexión y la impetuosa necesidad de la inmediatez, sin capacidad de espera, frustración o pensamiento. Todo llega en tiempo real on line.
Esto tiene un correlato en el mundo de las emociones en el que, ante el imperio de la imagen, estaría mal visto que aparecieran emociones distintas a la felicidad maníaca, al consumo compulsivo, a la sonrisa sin motivo, porque hay que publicarla en redes sociales. “La intimidad se torna pública con una perentoriedad eximida del pudor”.
Les invitamos entonces a reconocer que la vida cambió significativamente y que no todos viven el cambio de la misma forma. En este post confinamiento la ansiedad sigue apareciendo en el encuentro con el otro, que se experimentó peligroso y complejiza todavía más el vínculo social; por lo cual es necesario permitir a nuestros niños y jóvenes que puedan expresar con sus familias, sus compañeros, sus docentes y con los profesionales idóneos sus dolencias, que necesitan ser escuchadas y recogidas para entenderlas en este mundo donde la incertidumbre rodea a todos los seres humanos.
Por supuesto se trata de sacar provecho también de la tecnología, sin idealizaciones, para que pueda ser una herramienta más en la búsqueda de la expresión de la singularidad y en el marco del respeto a la diferencia.
Finalmente, la lectura les permitirá sacar sus propias conclusiones.
Pueden encontrar el artículo en su totalidad en: www.ojs3.fcecon.unr.edu.ar/index.php/iiata/article/view/18/15
“EL IMPACTO DEL CONFINAMIENTO EN LA SUBJETIVIDAD DE LA ÉPOCA”