La pandemia causada por el COVID-19, han llevado a los líderes en educación a repensar el hacer y la orientación de sus proyectos pedagógicos con el objetivo de responder de manera apropiada y dinámica a dichas circunstancias.
El sector educativo, es sin duda un frente fundamental de desarrollo para cualquier país, por eso debe repensarse de manera constante y hacer frente a las nuevas dinámicas; un ejemplo de ellos son los colegios, que han debido volcar sus estrategias pedagógicas en procura del bienestar y la continuidad de los procesos de formación de sus estudiantes, siempre con la responsabilidad que requiere la sostenibilidad de un proyecto educativo.
Adalberto Loaiza, Rector del Colegio Bilingüe Richmond, asegura que “los expertos de educación clamaban por un cambio de paradigma que se venía haciendo de manera muy lenta, muy gradual. Dentro de los campos de la actividad humana, la educación era muy paquidérmica, muy lenta en cambiar, sin embargo, llamada a preservar los valores del pasado y responder por la formación del futuro; la pandemia, por ejemplo, en este sentido, aceleró los cambios que exige el uso de la tecnología en la educación, fue un empujón para avocar las estrategias en los colegios”
Llevar a cabo la transición de una modalidad tradicional a una virtual en muy corto tiempo implica transformaciones en los proyectos pedagógicos para poder realizar una adecuada integración de la tecnología, pues el impacto en los niños a través de la virtualización y de manera tan rápida, obliga a desarrollar un trabajo juicioso en beneficio de ellos.
Estas nuevas dinámicas han llevado a los colegios a asumir un rol de liderazgo por el futuro de la educación en el país y en aras de mantener, con el apoyo de las herramientas tecnológicas, una educación lúdica y activa, realizando, además, un trabajo en equipo con el Gobierno, las familias y otras instituciones por romper las brechas sociales que se acrecientan ante la imposibilidad de los centros educativos de cambiar al mismo ritmo, pues algunos de carácter privado cuentan con mejores recursos para invertir en plataformas tecnológicas, formación y capacitación de maestros, entre otros, lo que les garantiza la disponibilidad y flexibilidad para dar ese salto.
Colegios como el Richmond han venido consolidándose como líderes en estos procesos, pues su visión de cara al futuro los ha llevado a pertenecer a colegios certificados que contemplan una visión internacional de la educación. Es así como el Colegio Richmond hoy cuenta con la certificación Cognia, una organización internacional que acredita colegios que deben cumplir con estándares de mejoramiento escolar y estructura financiera y académica, lo que abre un espectro diferente y complementario al tema curricular y cuenta con grandes expertos en el tema de la educación y en el diseño de estándares que ponen a las instituciones a tono con las grandes tendencias en educación. “Es una gran ventaja y desde hace cuatro años nuestro colegio dio el paso y logró la acreditación, cumpliendo con el proceso como institución que mira hacia el futuro” dice Adalberto Loaiza
Sin embargo, estos procesos pedagógicos mediados por la tecnología no fuesen posibles sin el invaluable apoyo que, desde casa, los padres de familia brindan para el desarrollo del aprendizaje de sus hijos. “Mantener los niveles de concentración y atención de manera prolongada en los niños, no es fácil, ha representado un gran reto de las profesoras que han hecho un gran uso de su creatividad y del trabajo en equipo con las familias” así lo asegura Rita Acosta, Directora de Preescolar del Colegio Richmond.
Es indiscutible que el apoyo de los padres de familia es fundamental, pues mientras los niños van adquiriendo las destrezas para vincular su aprendizaje con las tecnologías, los padres y las familias hacen el proceso necesario para llevar a cabo esta curva de aprendizaje “ha sido un trabajo en equipo casa-colegio” es una gran fortaleza que los padres hayan podido integrarse con sus hijos.
Nuevas competencias en educación de cara al futuro
Por otro lado, la educación del futuro exige el planteamiento de nuevas competencias y pruebas tendientes a las demandas de las empresas y las fuerzas del mercado que están pidiendo a los jóvenes, creatividad, liderazgo, trabajo en equipo, innovación, entre otras habilidades, que no es posible medir con las pruebas estandarizadas. Desde el colegio no solo se debe cumplir ante las pruebas estandarizadas, sino fomentar el diseño de metodologías que hagan de los niños, los adultos del futuro que necesita la sociedad, a través del aprendizaje basado en proyectos, pensamiento crítico, resolución de problemas, comunicación escrita, oral y en varios idiomas con capacidad argumentativa, y otras habilidades que permiten desarrollar destrezas diferentes y complementarias.
Convencer a los papás de tener esta educación multidimensional en la cual el aprendizaje no es solo para los niños, sino que lo es también para los docentes, las directivas y los padres, que deben ser colaborativos y participativos, es un reto a cumplir de cara a la educación del futuro a corto plazo; como lo es consolidar una comunidad de aprendizaje en la que los padres, los docentes, las directivas y los mismos compañeros de clase sean partícipes, entiendan y desarrollen altas competencias y excelentes rendimientos.
“La cooperación en el aprendizaje es fundamental, hoy en día no se conciben equipos que desarrollen ningún proyecto serio de investigación o de construcción ni que no se desarrolle a través de equipos de trabajo” es entonces cuando la co-construcción de metodologías y la sinergia de equipos y personas, se hace fundamental para el crecimiento integral de los niños y jóvenes.
¿Qué pasa con el aprendizaje psicosocial y emocional de los niños?
El desarrollo psicosocial de los niños ha sufrido un impacto negativo, reflejado en incremento de ansiedad, retraso en áreas socioemocionales y resulta un desafío muy grande en el reintegro a las clases; por eso poner en práctica programas muy robustos de aprendizaje socioemocional es un compromiso de la educación hoy en día. Desde el Colegio Richmond se ha desarrollado el programa TYQUY, palabra muisca que traduce: felicidad, y se incorpora en el trabajo virtual a través del MODELO “FLIPPED CLASSROOM” que quiere decir el aula la revés; “el primer paso se da en casa en lo que tiene que ver con lectura o experimentación para formular hipótesis que se llevan luego al aula para socializar y plantear posibles soluciones en grupo, de esta manera se satisfacen tanto el componente socioemocional, al poder socializar con los demás estos temas, así como el componente académico, al poder llevar al salón esto a manera de proyecto” dice David Jácome, Director de Escuela Media del Colegio Bilingüe Richmond
¿Cómo se preparan los docentes para esta modalidad híbrida?
Trabajo en tres frentes
- Capacitación al docente e incluso al padre de familia y los estudiantes sobre la tecnología a utilizar para el desarrollo del ejercicio académico.
- Comunidad de aprendizaje: charlas con otros docentes de otras partes del mundo para compartir experiencias.
- Híbrido: manejo del tiempo de clase en el marco del plan de educación virtual (tiempo de clase de contacto con el grupo y otro tiempo asincrónico para luego compartir), manejo de estrés, manejo de ansiedad, etc.
Se planeta entonces tres frentes principales de cara al futuro de la educación y su transformación en Colombia y el mundo:
¿Quieres conocer más de nuestro colegio?
Especial para Revista Edu.co
Por: Colegio Bilingüe Richmond