Este es un testimonio profundamente conmovedor y honesto de un gran empresario colombiano, por décadas presidente del Grupo Bolívar, símbolo de ética empresarial en Colombia. Guiado por la periodista Alejandra de Vengoechea, a través de cinco lecciones que van de lo familiar a lo empresarial, Cortés cuenta cuál ha sido su actitud ante los negocios, a los que considera totalmente ligados al comportamiento personal, ético y moral.
Su aventura empresarial de más de sesenta años, sus relaciones con otros colegas, las pérdidas que ha tenido, sus éxitos y sus fracasos son la materia de un libro no solo para empresarios, sino para cualquier colombiano que quiera comprender que los negocios y las familias con alma salen siempre bien, y que aquella idea de que no hay sentimientos a la hora de conseguir el crecimiento económico es sumamente equivocada.
Próximo a cumplir 91 años, rompe su silencio José Alejandro Cortés, quien dirigiera durante casi más de cuatro décadas el Grupo Bolívar. Sus palabras no podían llegar en mejor momento: coherente, sabio, símbolo de ética empresarial en Colombia, este libro no sólo es de interés para todo aquel que construye y administra empresas. Es una brújula para quien quiera pensar y pensarse en un momento en el que Colombia necesita líderes y faros que lo guíen en principios y valores.
“¡En este libro me he confesado mucho más de lo que me he confesado ante cualquier cura”, le diría Cortés Osorio (Bogotá, 1930) a Alejandra de Vengoechea, periodista que suele especializarse en perfiles de largo aliento! Fueron ocho meses de trabajo. 30 horas de conversaciones. “Periodismo también es mostrar formas de un poder bien aplicado. Por eso cuando me llamaron a que me metiera en el cerebro de José Alejandro Cortés, acepté sin vacilar”, dice Vengoechea, autora de Mujeres que dicen verdades, en el que describe la fascinante vida de seis importantes periodistas colombianas.
En 200 páginas mediante 78 entrevistas entre las que están su hijos, esposa, empleados queda demostrado cómo los principios rectores de José Alejandro -respeto, equidad, honestidad, disciplina y entusiasmo, alegría y buen humor – lo llevaron a los siguientes resultados: no sólo tiene una familia de siete hijos unida y armónica, sino que el grupo Bolívar es dueño de reconocidas empresas entre las que están Davivienda -tercer banco de Colombia-, Seguros Bolívar -la segunda aseguradora por primas- y Constructora Bolívar -la más reconocida firma de construcción de interés social. Hay preguntas fundamentales. ¿Qué consejos recibió de su padre? ¿Por qué estar al borde de la muerte le aclaró la misión que había venido a cumplir en esta vida? ¿Cómo se manejan las emociones en los negocios y las reglas del juego en la familia? ¿Por qué no hay que temerles a los problemas? Y las respuestas son profundas lecciones.
“Una de las cosas con las cuales me siento muy pero muy bien, es haber logrado esto, el Grupo Bolívar, sin nunca haber pagado un peso por debajo de la mesa. Eso demuestra que se puede creer en la gente, que la gente es buena, inteligente y capaz y que uno tiene que cuidarla”, le diría a Vengoechea. Que un banquero jamás haya sido investigado, ni sobre él pese la más mínima sospecha de corrupción, es un ejemplo que leer. ¿Cómo lo hizo?
“A diferencia de otros grupos económicos colombianos, al Grupo Bolívar no le da la locura de ampliarse a 25 negocios más. Son ortodoxos, han aprendido de sus errores, tienen las riendas bien agarradas y su pensamiento es de largo plazo. Ése es su éxito. José Alejandro siempre ha sido de muy bajo perfil a pesar de que viene de la élite bogotana y tiene características muy interesantes como ser deportista competitivo. Podría tener un avión privado si lo quisiera. Pero vive en la misma casa de hace 50 años. No hay un sólo cuestionamiento en su contra. Y de eso ya no se ve”, dice en Ricardo Ávila, ex director del diario económico Portafolio, uno de los tantos entrevistados.
Estas son algunas de las frases en un libro que demuestra que los negocios y las familias con alma y ética siempre salen bien
– “El líder debe ser un armonizador, un conciliador, que distienda el ambiente y facilite la resolución de conflictos”
– “Para poder tener un éxito importante y perdurable hay que perder y fracasar varias veces. Los golpes enseñan mucho. Son necesarios para alcanzar metas valiosas”
– “Uno no puede basar el éxito exclusivamente en lograr bienes materiales. Vale mucho más el amor de un hijo y la felicidad del hogar que cualquier dinero que se pueda atesorar”
– “Hay que ser disciplinado porque por más talento que tenga una persona, si no es consagrada y perseverante, nunca llega a nada. Nunca”.
Alejandra De Vengoechea (@devengoecheaa)
Estudió periodismo en la Universidad Javeriana de Bogotá. Becada por el gobierno francés, se especializó en política europea en Estrasburgo (Francia). La primera parte de su carrera la ejerció en medios colombianos —El Tiempo, El Espectador, revista Cambio16—. Luego, como corresponsal para varios medios internacionales, cubrió el conflicto armado colombiano y las guerras en Iraq y Afganistán, país al que llegó embarazada del primero de sus dos hijos. Casada con el periodista estadounidense John Otis, corresponsal del Wall Street Journal y la cadena National Public Radio, actualmente es docente en varias universidades y periodista independiente. En Mujeres que dicen verdades, su primer libro, describió la fascinante vida de seis periodistas colombianas.
Destacado
“El libro está dirigido a lectores del común que quieran entender cómo se hace un camino virtuoso en un país complejo como pocos”