5.4. Principio 4: Entre más participen los sentidos, el cerebro mejor aprende. Cuando mencionamos los sentidos, lo tomamos en el más amplio significado e identificación de lo que hoy se entiende por sentidos. Como se sabe, no es cierto que únicamente tenemos 5 sentidos; hay muchos más. (Cfr. Neuromito 20, del Cap. sobre Neuromitos).
5.4. Principio 4: Entre más participen los sentidos, el cerebro mejor aprende. Cuando mencionamos los sentidos, lo tomamos en el más amplio significado e identificación de lo que hoy se entiende por sentidos. Como se sabe, no es cierto que únicamente tenemos 5 sentidos; hay muchos más. (Cfr. Neuromito 20, del Cap. sobre Neuromitos).
Il. 8: Una de las representaciones multisensoriales
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el cerebro, por evolución, puede detectar el mundo externo, gracias a que cuenta con varios sentidos, desde luego, más de 5 sentidos, como se acaba de anotar. Al respecto, el biólogo y neurocientífico neurocientífico Jhon Medina, en su libro Los 12 principios del cerebro. Una explicación sencilla de cómo funciona para obtener el máximo desempeño (2011, p. 243) nos dice:
“La presencia de múltiples sentidos incide en nuestra capacidad de detectar estímulos”. Y más adelante: “Al ser conscientes de que el cerebro hincó su diente evolutivo en un entorno abrumadoramente multisensorial, podríamos suponer que cuanto más
multisensorial sea el entorno, más afiladas estarán las capacidades de aprendizaje”. Por otra parte, el efecto inverso: Entre menos sentidos participen, los aprendizajes serán menos efectivos y menos recordables.
Al respecto, este mismo autor en Ob cit (p. 245) lo expresa de esta manera: “Así mismo /…/el aprendizaje es menos eficaz en un entorno unisensorial. Eso es exactamente lo que descubrimos, y tiene implicaciones directas en el campo de la educación y de los negocios”. Y agrega, más adelante (p.243-244): “A los grupos del ambiente multisensorial siempre les va mejor que a los unisensoriales. Tienen un recuerdo más certero; un recuerdo con mejor resolución y mayor duración, pues se hace evidente, incluso, veinte años después. Además, mejora su capacidad de resolver problemas”.
Con lo acabado de indicar, se sugieren muchas conclusiones como, por ejemplo, cuando se presenta una charla, una clase, una exposición, una orientación, etc., nos debemos esforzar por facilitar los aprendizajes mediante un impacto multisensorial en los estudiantes, no solo para ganar su atención, sino también para llevarlos a una vivencia en la que se faciliten tanto la comprensión, como la recordación, y también un aprendizaje más duradero, más impactante, incluso más placentero. Sobre este aspecto, en el mismo libro citado, Jhon Medina (2011, p.251) concluye afirmando: “No hay duda de que diversas pistas, ofrecidas por medio de distintos sentidos, favorecen al aprendizaje. Aceleran las reacciones, aumentan la precisión, mejoran la detección de estímulos y enriquecen la codificación en el momento del aprendizaje. Sin embargo, no estamos sacando provecho de estos beneficios, con regularidad, en nuestros salones de clase y nuestras salas de juntas”.
Por otra parte, resulta favorable a los aprendizajes, estimular los sentidos en función de ayudar al cerebro en su ejercicio de aprender, identificar problemas, crear soluciones y retener información y conocimientos, pero también para decidirse por algo, cuando es atraído por un sonido, una visión, una degustación, un olor y un tacto, agradables; situación que, sin duda, le ayudará a recordar y a tomar decisiones. Recordemos, de paso, lo indicado en el Cap. II, lo que al respecto afirma la neurocientífica y médica Marta Ligioiz (2017, p. 114): “Las emociones son el “pegamento”, el cemento de nuestros recuerdos, /y/ los consolidan. Un aprendizaje neutro, sin emociones, será superficial y podo duradero”.
A continuación, vamos a referirnos a cada uno de los sentidos tradicionales, en función de aprendizajes.
5.4.1 Sentido de la vista. En primer lugar, queremos destacar el comentario de uno de los investigadores que más ha hecho importantes contribuciones al estudio del sentido de la vista, y que lo califica como un superpoder que tiene el ser humano, el neurocientífico estadounidense Charles E. Connor (2019, p. 143): quien anota: “Para quienes están dotados de una vista normal, la visión es un superpoder. De un vistazo, usted puede decir dónde está, qué tiene a su alrededor, qué acaba de pasar y qué está a punto de pasar. Percibe, sin esfuerzo alguno, la estructura tridimensional precisa de los objetos de su entorno a distancias que van de milímetros a kilómetros. Sabe cómo nombrarlos, qué valor tienen, si son viejos o nuevos, si están en buen estado o estropeados, si son sólidos o frágiles, Intuye sus propiedades materiales, mecánicas y energéticas, lo que le permite anticipar y modificar los acontecimientos físicos con una gran exactitud. Lee efectivamente las mentes de otros seres humanos y de animales, basándose en pequeñas variaciones en la configuración facial y en la postura de los mismos. Para usted, una imagen vale más que mil palabras”. Y continúa:
“Toda esta información parece existir en el exterior, disponible para usted inmediatamente y sin esfuerzo. Entender lo que usted ve parece trivial: ¡solo tienen que mirarlo! Somos tan buenos con la visión que ni siquiera nos damos cuenta de que es una habilidad. Y, además, vivimos en un mundo en el que la mayoría de personas están dotadas con el mismo superpoder. La visión es una cosa ordinaria. Las demás personas ven lo mismo que ve usted; no es nada fuera de lo común”.
Si a esto agregamos que, desde hace varios centenares de años, especialmente en la investigación científica, el sentido de la vista lo hemos usado como base fundamental de la observación y la apoyamos, además, con instrumentos tecnológicos de precisión y de ayuda a la visión, para ver objetos que de otra manera sería imposible por sus distancias, o por su tamaño micro, lo cual ha venido contribuyendo al avance y descubrimiento de muchísimas leyes y, a la vez, también lograr la producción de tantos inventos, muchos de los cuales están constantemente a nuestro servicio.
Por otra parte, en opinión de los neurocientificos, la vista es el más dominante de todos los sentidos y el que ocupa la mitad de los recursos de nuestro cerebro. Al respecto, nuevamente Jhon Medina (2011, p.282) al hablar del principio # 10 que presenta en su libro arriba citado, nos dice: “La vista domina todos los sentidos”, y agrega: “La vista es, de lejos, nuestro sentido más dominante, y ocupa la mitad de los recursos de nuestro cerebro”.
Adicionalmente, acerca de la información perceptiva entre ver una palabra escrita, o escuchar solamente una palabra oral, y ver una imagen, Jhon Medina, en este mismo libro suyo (p.282), enfatiza: “Aprendemos mejor y recordamos más por medio de las imágenes que de la palabra oral o escrita”. De aquí, una de las conclusiones que con frecuencia escuchamos por parte de los publicistas: “Vale más una imagen que cien palabras”, en el sentido de que una imagen atrae mucho mejor la atención del cerebro que una palabra, o una frase. Aún más, si a esa imagen se le pone movimiento y se le colocan colores y contrastes, todavía llama más la atención del cerebro, por lo cual, entiende mejor el mensaje y lo recuerda también más fácilmente; inclusive, si se logra que el perceptor de esa imagen sea tocado en algunos de sus sentimientos positivos, aún será mayor el impacto causado al cerebro, por lo cual, podrá, no solo aprender un tema, o una situación, o el significado de la imagen con mayor facilidad, sino también recordarla con una mayor fuerza que le será difícil de olvidar.
Lo comentado son aspectos que un padre de familia, y con mayor razón un docente, deben tener en cuenta en la parte didáctica con sus hijos, o alumnos, para facilitarles los aprendizajes, en cuanto a la comprensión y recordación de los temas orientados y enseñados, y entendiendo, además, que es el estudiante quien, al fin y al cabo, es el que debe construir sus saberes, pero que el docente es un facilitador o, por el contrario, un obstáculo de los aprendizajes de sus estudiantes. De ahí, la importancia y la necesidad de que el docente sea muy recursivo y siempre se prepare como orientador y aplicador de leyes o principios que tiene el cerebro para aprender; en el sentido de que se convierta en un facilitador de aprendizajes para sus estudiantes.
BIBLIOGRAFÍA
CONNOR, Charles E. (2019). “Usted tiene un superpoder: se llama visión”, en Think tank. Cuarenta neurocientíficos exploran las raíces biológicas de la Experiencia humana. Edición y dirección: David J. Linden. Editorial, Biblioteca Buridán. Barcelona. (Título original:Think Tank, 2018).
LIGIOIZ, Marta (2017). “La educación, una cuestión muy seria. Una mirada hacia la dopamina”. En Neuromitos en educación. El aprendizaje desde la Neurociencia. 3ª. ed., Plata forma editorial, Barcelona, pág. 114. (1ª. ed., 2015).
MEDINA, Jhon (2011). Los 12 principios del cerebro. Una explicación sencilla de cómo funciona el cerebro para obtener el máximo desempeño. 2ª. ed. Enero de 2011. Impreso por Edit. Buena Semilla, Bogotá. (Edic. original en Inglés Brain rules. 12 principles for Surviving and Thriving at Work, Home and School, publicación de Pear Press, 2008).
ILUSTRACIONES
Il. 8: Representación multisensorial. Tomada de: enlace
Especial para Edu.co
Por: Jesús Gúttemberg Bohórquez C.
Gimnasio Las Palmas | Bogotá