El marco de la pandemia causada por el covid-19, nos ha llevado a cambiar las percepciones y actitudes frente nuestras labores como piezas fundamentales para la formación de nuestros hijos. Conoce la perspectiva sobre este importante tema de Carolina Carrasquilla, psicóloga del Colegio San Bartolomé La Merced.
En el momento actual donde la pandemia nos sorprendió y de un momento a otro tuvimos que ajustar nuestros horarios y nuestra vida a lo que impone la virtualidad, es necesario e importante reconocer la labor de los padres de familia, de los estudiantes y de cada una de las personas que actualmente acompañan a los niños desde el aprendizaje remoto.
Es así, como el mundo ha generado unos cambios significativos en la manera como las personas se organizan para apoyar los procesos educativos, aunque en algunos momentos la exigencia ha generado crisis en las relaciones que construyen los padres con sus hijos, ya que deben apoyar de manera directa acciones de aprendizaje que estaban definidas al aula de clase. Algunos niños sienten este apoyo un poco exigente a la hora de ser acompañados en estos procesos.
Desde mi perspectiva, se hace necesario flexibilizar las formas que los padres tienen en el acompañamiento, de forma tal que se fortalezca la construcción de diálogos, conversaciones o concertaciones para apoyar el aprendizaje virtual y por consiguiente, se deben acordar y organizar rutinas puntuales para disponer a los niños al trabajo virtual tales como: bañarse, alistarse y estar dispuestos por lo menos 10 minutos antes de iniciar la jornada escolar; tener preparados los materiales y aplicaciones que sean necesarias para iniciar las clases y tener claros los tiempos para la alimentación.
Cabe señalar también, la necesidad de generar espacios de motivación donde los niños escuchen palabras de agrado y de satisfacción por parte de los padres antes de iniciar la jornada, donde puedan conversar o expresar sus estados de ánimo…cómo se encuentran y empezar el día de manera solidaria y cooperativa con ellos. Esto amplifica y mejora la construcción de los vínculos y activa el cerebro, en especial el sistema límbico, que permite desarrollar una disposición sistémica para el aprendizaje de los niños.
Ser padres en la era de la virtualidad y las comunicaciones es la oportunidad de compartir espacios que fortalezcan las relaciones afectivas y comunicativas entre todos los miembros de la familia; desarrollando o adquiriendo día a día, habilidades en el acompañamiento académico y de crianza de los niños.
Algunos padres se preguntan por los efectos y relación entre el tiempo dedicado a los niños y las responsabilidades laborales en casa, aspectos que dependen de los modelos de crianza, de las formas de pensar de los niños y del apoyo que puedan recibir de los colegios y de sistemas amplios como tíos y abuelos.
En estos momentos, este espacio de confinamiento nos brinda la oportunidad para redefinir nuestras formas de pensar los niños, cambiar los modos de actuar y ver las nuevas posibilidades de acción que ofrece la sociedad en general. Como seres cambiantes, debemos afrontar de forma decidida la era de la tecnología, reconociendo que, gracias a ella, podemos laborar, aprender, intercambiar y colaborar con nuevas ideas, así como relacionarnos de manera diferente con los demás y a partir de los nuevos cambios que plantea la situación actual en todo el mundo.
Finalmente, es importante considerar, que estamos en una sociedad de redes, no actuamos de forma individual, sino todo que lo que se hace tiene relevancia en los demás. Somos sociedad de red y debemos trabajar en equipo, para que los cambios y desafíos que se sigan generando, sean asumidos por la familia de forma asertiva y correcta y a su vez, le permita fortalecer los vínculos, asumiendo la virtualidad como una herramienta más para mejorar la convivencia entre los miembros de la familia.
Conoce sobre este y otros importantes temas de esta gran institución
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Especial para Revista Edu.co
Por: Carolina Carrasquilla González
Psicóloga Primaria, Ciclo II
Servicio de Asesoría Escolar
Colegio San Bartolomé La Merced