Neuromitos en la Educación: Su influencia en el aula y en los padres de familia (13ª. Entrega)

En el siguiente artículo encontrarás la verdad acerca del funcionamiento del cerebro, las tareas que ejecuta y los estudios que se han realizado al respecto.

Mito 56: Los hombres y las mujeres disfrutan por igual la risa ante una misma situación jocosa. No es cierto. Al respecto, el neurólogo y comunicador Antonio Rial (2016, p. 54), afirma lo siguiente: “Las mujeres disfrutan más que los hombres de la risa. Los estudios de neuroimagen han demostrado que en ellas se activan con mayor intensidad que en ellos las regiones del cerebro involucradas en el procesamiento del lenguaje y la memoria de trabajo cuando escuchan y ven algo divertido. También es más intensa en las mujeres la actividad de la región que responde con sentimientos gratificantes a las nuevas experiencias. Científicos del Centro Interdisciplinario de Ciencias del Cerebro de Estados Unidos han comprobado que cuando nos cuentan algo divertido se activa la corteza prefrontal, una zona en la que procesamos y memorizamos la información”.

Mito 57: El dar afecto a los niños es importante porque los hace sentir bien, les ayuda a estar seguros de sí mismos y a ser menos rebeldes, pero no más. Parcialmente es cierto, pero la importancia de dar afecto a los niños va mucho más allá de la etapa del proceso educativo, en la infancia, la preadolescencia y la adolescencia; pues tiene que ver con estas etapas y también con la necesidad de que se tenga y se dé en las demás etapas de la vida humana, incluso por la aceptación o rechazo social. Acerca de este punto de vista, el neurólogo y comunicador Antonio Rial (2016, pp. 51-52), nos dice: “Los estudios científicos corroboran que cuanto más afecto hayamos recibido, más años vivimos y mejor es nuestra salud física y mental. /…/ Es una evidencia científica que el amor ayuda a curarnos y el desamor nos enferma. Estudios de neuroimagen que ha realizado, entre otros, el científico Naomi Eisemberg en la Universidad de California, Los Ángeles, han comprobado que las mismas áreas del cerebro que se activan con el dolor físico se encienden cuando nos sentimos rechazados por los demás”. Y más adelante (p. 71) al respecto también afirma: “El cerebro humano responde al rechazo social de una manera similar a la forma en la que procesa el dolor físico. La sensación de que los demás no nos quieren, que no aprecian lo que hacemos, puede terminar por causar trastornos de la personalidad e incluso depresiones”.

Mito 58: De las operaciones matemáticas, la lógica y el lenguaje se encarga el cerebro izquierdo, mientras que el cerebro derecho se encarga de la creatividad, la imaginación y la música. Esto no es tan cierto, pues hoy se sabe por los resultados de las investigaciones neurocientíficas, que de hecho en las diferentes y en todas las actividades, se involucra todo el cerebro, incluso en las que tradicionalmente se venían creyendo como especializadas del hemisferio cerebral izquierdo y del hemisferio cerebral derecho. Al respecto, la investigadora neurocientífica Anna Forés (2015, pp. 63-64) concluye: “El hecho de que algunas regiones específicas del cerebro se ocupen de funciones concretas, y de que determinadas actividades cerebrales puedan ocurrir predominantemente en un hemisferio u otro, significa que el cerebro tiene un comportamiento modular”; y más adelante (p.64), “Las actividades de aprendizaje en el aula requieren de la integración necesaria de información entre el hemisferio izquierdo y el derecho, y de la interconexión de diferentes funciones que realiza el cerebro, en las que intervienen muchas regiones distintas; por ejemplo, Geake (2008,pp.123-133): “Memoria de trabajo (corteza frontal); Memoria a largo plazo (hipocampo y otras regiones corticales); Toma de decisiones (corteza orbito frontal); gestión emocional (sistema límbico y áreas frontales asociadas); Secuenciación de la representación simbólica (giro fusiforme y lóbulo temporal); Interrelaciones conceptuales (Lóbulo parietal); Entrenamiento de tareas motoras y conceptuales (cerebelo)”.

Mito 59: Para criar bien a un niño es suficiente, alimentarlo bien, vestirlo, darle techo y educación. No es cierto. Se requiere darle amor permanentemente. Sobre este aspecto, la médica y neurocientífica noruega Kaja Nordengen (2019, pp. 181-182) al respecto nos dice: “A mediados del siglo pasado se descubrieron de manera independiente muchos casos de niños en hospitales y orfanatos que se volvían pasivos, perdían habilidades y terminaban bajando de peso. Algunos incluso morían. Lo que tenían en común todos estos casos era que recibían alimentación, vestimenta y calor, pero no afecto”; y más adelante (p. 183): “Los niños que han recibido cariño en su crianza y, por consiguiente, tienen un cerebro más desarrollado no solo serán más inteligentes, sino también más competentes socialmente y más empáticos que los niños que no recibieron suficiente amor”.

BIBLIOGRAFÍA
FORE, Anna (2015). “Dos hemisferios, dos mentes: ¿Dos estilos de aprendizaje?” (pp. 61-70), en Neuromitos en la educación. El aprendizaje desde la neurociencia. Plataforma editorial. Barcelona.
*La ilustración es tomada de: GOOGLE.com/search?q=fotos+en+grupo+de+risa+libre+derechos+de+autor&rlz
GUEAKE., J. G. (2008, pp. 123-133). “Neuromitologies in education”. Educational Research, 50.
RIAl, Antonio (2016). Repensar el cerebro. Secretos de la Neurociencia. Cátedra de divulgación de la ciencia. Publicación de la Univ de Valencia (España).

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