Il. 17: La visión no se produce en los ojos, sino en el cerebro (Fuente: Google) *

Neuromitos en la Educación: Su influencia en el aula y en los padres de familia (17ª. Entrega)

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En el siguiente artículo encontrarás la verdad acerca del funcionamiento del cerebro, las tareas que ejecuta y los estudios que se han realizado al respecto.

Mito 72: La visión se produce en los ojos. No es cierto. Se suele creer que los ojos son autosuficientes para poder ver. En realidad, se necesitan los ojos y el cerebro para ver. Ni solo ojos, ni solo cerebro, pues son un complemento necesario para que podamos ver. Al respecto, el neurocientífico Vilayanur S. Ramachandran (2016, pp. 81) afirma: “La visión no se produce en el ojo, sino en el cerebro”. Y más adelante (pp. 88-89): “Para comprender la percepción /visual/, primero hemos de quitarnos de encima la idea de que la imagen en la parte posterior del ojo es “transmitida” al cerebro para luego aparecer en una pantalla. En vez de ello, hemos de entender que, en cuanto a los rayos de luz se convierten en impulsos neuronales en la parte posterior del ojo, ya no tiene sentido pensar que la información visual es una imagen; debemos pensar en las descripciones simbólicas que “representan” las escenas y los objetos que habían estado en la imagen”. También más adelante (p.106): “Veamos primero las dos vías por las cuales entra en la corteza la información visual. La denominada vía vieja empieza en la retina, transmite a través de una vieja estructura del mesencéfalo llamada colículo superior y luego se proyecta – por el pulvinar- a los lóbulos parietales. Esta vía está relacionada con aspectos espaciales de la visión; nos informa sobre dónde está un objeto, pero no qué es. La vía vieja nos permite orientarnos hacia los objetos y seguirles la pista con los ojos y la cabeza”.

Mito 73: Nuestros cerebros perciben el correr del tiempo a la misma velocidad que lo hacen todas las personas y todas las edades. No es cierto. Depende de la edad y de la situación emocional de cada persona en el mismo momento. Al respecto, el neurólogo y comunicador Antonio Rial (2016, p. 35), nos dice: “no hay ningún reloj cerebral que cuente las horas y los minutos, lo cierto es que nuestro cerebro es en conjunto una precisa máquina de sincronización que -eso sí- está condicionada por la edad y el estado emocional. Los bebés asocian la hora del día a las experiencias que esperan recibir. Lloran cuando la leche o la papilla que esperaban tarda más de la cuenta en llegar, o cuando los papás y mamás se saltan alguna rutina. La conciencia del tiempo se va afinando, coincidiendo con la maduración de la corteza prefrontal, que hace que vaya mejorando la capacidad de prestar la atención sobre aquello que hacemos. /…/ hasta los ocho o diez años los niños no son capaces de contar los segundos con precisión sin la ayuda de un adulto y aquellos pequeños que sufres de un trastorno de hiperactividad por déficit de atención tienen también dificultad para medir el tiempo”. En relación con el estado emocional, más adelante (pp.35-36) nos dice: “Todos hemos tenido la experiencia de que el tiempo parece acelerarse cuando estamos con la persona de la que estamos enamorados. Por contra, los minutos son eternos cuando estamos aburridos, cuando no pasa nada que requiera nuestra atención”.

Mito 74: El predecir las cosas, sucesos, o hechos, es una capacidad exclusiva de muy pocas personas. No es tan cierto. Desde luego hay que aclarar que el predecir lo que va a suceder, depende: a)- Del conocimiento previo da algo que tiene el cerebro de una persona en cuanto a su naturaleza, estructura y función, ya sea por conocimiento científico o por experiencia repetida; b) De la capacidad innata dada por las neuronas espejo en una de sus funciones: el prever lo que otra persona hará en una situación concreta. Si yo sé que día es hoy, puedo predecir qué día será pasado mañana; si yo conozco la lógica de seriación aplicada al conteo números, puedo predecir qué número sigue; si estoy jugando ping pong con un compañero, cuando le tire la bola, puedo predecir cuál va a ser su reacción; etc. En relación con el predecir de las acciones de una persona, por parte de otra dentro de una situación observada, con soporte en las neuronas espejo, el neurocientífico Vilayanur S. Ramachandran (2016, p. 188) nos dice: “/Las neuronas espejo/ tienen la capacidad para ver el mundo desde la posición de otra persona es también esencial para crear un modelo mental de sus intenciones y pensamientos complejos a fin de predecir y manipular su conducta. /…/ Esta capacidad, llamada teoría de la mente, es exclusiva de los seres humanos”; y más adelante (p.188): “Lo primero, y más obvio es que /las neuronas espejo/ nos permiten determinar las acciones de otro”. También al respecto, el neurólogo y comunicador Antonio Rial (2.18, p. 16) afirma: “Como individuos y como grupo tendemos a establecer y repetir hábitos que nos hacen predecibles. El cerebro de una especie tan físicamente vulnerable como la nuestra se especializó en anticipar el futuro como método de supervivencia. /…/ Nuestra especie ha ido afinando la intuición para predecir determinados acontecimientos hasta entender que los números son las piezas fundamentales que componen el lenguaje de esos patrones ocultos”.

Mito 75: El movimiento de las cosas y de su propio cuerpo solo ayuda al aprendizaje de los estudiantes varones. No es cierto. A los estudiantes varones les atrae para aprender más lo que se mueve, y si también se mueven, se les facilita dar una respuesta más rápida que las niñas; además, tienden a explicar cómo obtienen respuestas con movimientos corporales que con palabras; mientras que a las niñas les atrae menos lo que se mueve y para explicar cómo obtuvieron las respuestas, prefieren hacerlo verbalmente; pero si se entrenan a las niñas en el movimiento, también dan respuestas tan rápido cono los estudiantes varones y les facilita aprender. Al respecto, la neurocientífica louan Brizendine (2015, pp. 50-51) nos dice: “con el fin de indagar cómo se explica en la práctica del aula, los investigadores estudiaron a los alumnos en una clase de matemáticas de primaria para ver cómo resolvían las niñas y los niños ciertos problemas matemáticos conceptuales y cuánto tardaban. Los niños resolvían más rápido los problemas que las niñas. Pero lo más sorprendente para los investigadores fue que la mayoría de los niños cuando les pidieron que explicaran cómo habían obtenido la respuesta, daban una explicación sin utilizar las palabras. Se movían, se retorcían, giraban y gesticulaban con las manos y los brazos para explicar cómo habían dado con la respuesta. /…/ Las palabras en cambio, eran un estorbo. Otra cosa que me llamó la atención de este estudio es lo que hicieron a continuación con las niñas /…/ enseñaron a las niñas a explicar sus respuestas con los mismos movimientos musculares que habían hecho los niños sin utilizar palabras. Al cabo de las seis semanas, cuando las niñas dejaron de hablar y empezaron a retorcerse y girar, resolvían los problemas tan rápido como lo niños”.

BIBLIOGRAFÍA
– BRIZENDINE, Louan (2015). El cerebro masculino. Las claves científicas de cómo piensan los hombres y los niños. RBA Libros. 6ª. ed., Barcelona. (Título original: The Male Brain. 1ª. ed. 2010).

-*Ilustración tomada de:
GOOGLE.com/search/q=ilustraci%C3%B3n+la+visi%C3%B3n+ojo+y+cerebro+libre+derechos+de+autor&tbm=isc

– RAMACHANDRAN, Vilayanur S. (2016). Lo que el cerebro nos dice. Los misterios de la mente humana al descubierto. Edit Planeta, Bogotá. (Título original: The tell-Tale Brain. Trad. al español de Joan Soler Chic, 1a. ed. 2012).

– RIAl, Antonio (2016). Repensar el cerebro. Secretos de la Neurociencia. Cátedra de divulgación de la ciencia. Publicación de la Univ de Valencia (España).

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Especial para Revista Edu.co
Por:
Jesús Gúttemberg Bohórquez C. (GIMNASIO LAS PALMAS)
Educador e investigador. Escritor educativo y de aprendizajes
Lic. Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia
Postgrado de Especialización Seminario Andrés Bello, Bogotá
Postgrado Univ. de Augsburg (Alemania)
Exinvestigador del Instituto Caro y Cuervo, Bogotá
Exinvestigador del Sprachenzentrum, de la Univ. de Augsburg
Cofundador de la Universidad S. Martín. Bogotá.
Rector Fundador del colegio Gimnasio Las Palmas y de Cetincol S.A.S., Bogotá