Según un estudio revelado por la Revista Mente y Ciencia de España, especializada en neurociencias, las consecuencias de la crianza se ven reflejadas en todos los aspectos de un ser humano desde su comportamiento hasta sus habilidades de socialización.
UNICEF asegura existe una relación entre haber recibido castigo físico durante la infancia y golpear a los hijos en la edad adulta.
AXA Health Keeper, estudio realizado por AXA, empresa de seguros, salud y riesgos laborales en Colombia asegura que en los últimos años ha crecido el síndrome de Wendy que inspirado en Peter Pan hace referencia a los padres que cuidan en extremo a los hijos haciendo todo lo posible para que no les ocurra el menor inconveniente.
En mayo, mes de las madres, la prestigiosa firma de consultoría Vera Ikona se une a la celebración de las heroínas familiares agradeciendo su valiosa labor y analizando cinco comportamientos que, aunque son fruto de la buena intención terminan creando bloqueos mentales y creencias limitantes en los niños.
“Todo lo que un niño ve, escucha, siente, olfatea y saborea queda registrado en su cerebro, por eso, como entrenadores mentales invitamos a los padres a ser conscientes del estilo de crianza que están aplicando porque así como una crianza llena de prejuicios está directamente conectada con seres humanos irritables, temerosos con baja autoestima, una crianza abierta estimula la confianza en sí mismo, la empatía y la inteligencia emocional”, explica Constanza Triana entrenadora mental y directora de Vera Ikona.
Un ejemplo concreto es el uso de la violencia para corregir. En ese sentido, UNICEF revela que “haber recibido castigo físico durante la infancia está directamente relacionado con la repetición de las mismas prácticas cuando el adulto debe educar”.
5 comportamientos que generan bloqueos mentales
“Frases como ‘la letra con sangre entra’, ‘si no se porta bien lo regalo’, ‘la vida es dura’, tienen la capacidad de instalarse en el cerebro porque las ideas repetidas de los adultos se convierten en verdades absolutas para los niños, por eso, aunque la intención de las madres es buena, el resultado termina siendo contraproducente”, menciona Triana.
- Decirle “pobrecito” cuando se cae, enferma o entristece
Esta palabra genera victimización en los niños. Como mamá es mejor que usted aborde todas las situaciones desde una perspectiva positiva porque de lo contrario el niño aprenderá a lograr la atención de los demás provocando lástima que es un patrón presente en lun amplio número de adultos. Una oportunidad perfecta son las caídas porque le puede mostrar que simplemente hacen parte de todo aprendizaje.
- Resolverle todo como si aún fuera bebé
Es importante que los niños desarrollen, la capacidad de resolver que está directamente conectado con aprender a buscar opciones. Así que conforme a la edad es muy positivo dejar que los hijos solucionen obviamente con guía, pero no con dependencia.
- Evitarle toda incomodidad
La incomodidad ayuda a crecer. Es natural que la mayoría de las madres eviten el sufrimiento a los hijos. Sin embargo, el límite está en quitarles la oportunidad de aprender a través de sus propias experiencias incómodas.
AXA Health Keeper, estudio realizado por AXA, empresa de seguros, salud y riesgos laborales en Colombia asegura que en los últimos años ha crecido el síndrome de Wendy que inspirado en Peter Pan hace referencia a los padres que cuidan en extremo a los hijos haciendo todo lo posible para que no les ocurra el menor inconveniente. La madre Wendy es aquella madre sobreprotectora, que está siempre atendiendo a su hijo, olvidando incluso que ella también necesita un tiempo y un espacio para ella.
- Enseñarle a decir mentiras
Como el ejemplo es más poderoso que la teoría, debe saber que cuando usted le dice a su hijo, por ejemplo: ‘si viene la vecina, dígale que no estoy’, le está enseñando al cerebro de su hijo a mentir y por tanto a hacerlo un hábito.
- Permitirle todo sin ayudarle a ver las consecuencias
Se podría pensar que no poner límites es cómodo, pero a largo plazo da más trabajo y crea conductas con desagradables consecuencias. Es mejor establecer los límites a tiempo.
Por: Constanza Triana, vocera.