La educación ambiental en Cumbres

La educación ambiental, ¿un énfasis o una responsabilidad de los colegios?

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Existen algunas tendencias temporales con ocasión de hechos o situaciones que viven las personas, y se convierten en una especie de “modas” que a veces envuelven y no permiten ver más allá de la cortina de humo que esas tendencias generan.

La educación ambiental no escapa de ello, en donde podemos ver titulares como:

“Se han sembrado miles de árboles para reforestar”; “Jornada de sensibilización por el cuidado de las abejas”; “Campaña de reciclaje para enseñarle a las personas sobre la separación de residuos”.

Sin duda estas son campañas y acciones que contribuyen al medio ambiente y que hay que continuar, sin embargo, en el Colegio Cumbres Bogotá creemos que se debe ir más a fondo para adquirir verdaderamente una conciencia y estilo de vida del cuidado del medio ambiente. Estas acciones son limitadas, si en la vida habitual, en la cotidianidad no tenemos esas acciones de cuidado.

En este contexto, la educación ambiental, más que una necesidad, es una responsabilidad en nuestro modelo de formación integral. Es imposible concebir a la persona al margen del mundo, y no ayudarle a comprender que las acciones tienen repercusiones en nosotros, en las otras personas y, por supuesto, en el medio ambiente que nos rodea. Es así, que en nuestro modelo la educación ambiental se integra más que a un currículo a un estilo de vida de nuestra comunidad. Es decir, que nos esforzamos porque las acciones dirigidas al cuidado del medio ambiente se conviertan en hábitos, en virtudes, que tienen como finalidad hacer de este mundo un mejor mundo, pero porque el estudiante comprende que eso es bueno y que nos beneficia a todos. En este sentido, el cuidado de la naturaleza se empieza a concebir como una co-responsabilidad que no podemos dejar de lado. ¡Es nuestra casa común!

De este propósito han surgido proyectos desde los mismos estudiantes (han sido ideas de ellos), quienes descubren está responsabilidad de un estilo de vida en sintonía con el cuidado del medio ambiente y ven la necesidad de enseñarles a otros cómo se podría hacer un mejor mundo. Proyectos como estos son el Apiario, en donde un grupo de estudiantes, en el contexto de unas noticias mediáticas de hace años, adquirieron conciencia real de la necesidad del cuidado de las abejas y se propusieron mostrarle a la comunidad por qué todos nos debemos comprometer con ello. Hoy, el apiario es un proyecto hecho realidad en donde toda la comunidad: profesores, estudiantes, padres de familia, etc., tienen la oportunidad de conocer sobre las abejas y la necesidad de cuidarlas. ¡Es un proyecto pedagógico que nació de los propios estudiantes! Y permanece porque ellos han comprendido las razones profundas y no se quedaron en solo tendencias.

Dentro de esta educación ambiental, que hace parte de nuestro modelo de formación integral centrado en la persona, también surgió el proyecto del Lago del Dragón, el cual tiene como propósito recuperar esta fuente hídrica que da balance el ecosistema aledaño al colegio, que no solo beneficia la conservación de la fauna y la flora de esta zona, sino que se convierte en un pulmón verde para la comunidad.

Y así, podemos encontrar varios proyectos que nacen de los propios estudiantes, que perduran en el tiempo, que tienen el propósito de ayudar a generar conciencia y principalmente se enfocan formar hábitos de vida cotidianos que contribuyan al cuidado de esta casa común, y no se queden en acciones aisladas, con una conciencia errada de que con ello se ha hecho lo que se necesita por el medio ambiente (sembrar árboles). En el Colegio Cumbres la educación ambiental lleva a la formación de hábitos que acompañan a las personas cada día.

Por: Colegio Cumbres
Acerca del Colegio Cumbres
El Colegio Cumbres es una institución ubicada en el municipio de Chía, con educación diferenciada, calendario B, bilingüe, fundada en 2000. Tiene como objetivo facilitar los procesos de formación y desarrollo de personas íntegras, que, por su preparación humana, intelectual, espiritual y social, sean líderes católicos de acción positiva, que promuevan el auténtico desarrollo del ser humano y la sociedad.