La estimulación del lenguaje desde el proceso de gestación y el tipo de comunicación que tenemos con los niños desde sus primeros años marca la diferencia en la manera como se enfrentan al mundo o se relacionarán con los demás.
Para nadie es un secreto que el lenguaje es una pieza fundamental de los temas crianza y educación de nuestros niños. Hoy día sabemos que desde que el bebé se encuentra en el vientre puede tener contacto y comunicación con su madre y, además, es receptivo y sensible a su entorno, pero lo más seguro es que eso se nos quede en una teoría que no logramos aterrizar a nuestra cotidianidad.
Como contexto hay que aclarar que no basta con enseñarles a hablar y escuchar, porque la complejidad de la comunicación radica en que no solo permite intercambiar datos e información, sino que revela aspectos acerca de quiénes somos. Su valor va mas allá de las palabras porque nos permite generar intimidad e interactuar en sociedad.
La madre es entonces el primer contacto que un bebé en gestación tiene con el mundo y solo su cariño y estimulación a través del tacto, la música y un diálogo continuo logra la construcción de un lazo afectivo que favorece tanto el embarazo como su desarrollo emocional posterior.
Según Ale Velasco, autora del Método «El lenguaje del cariño», del libro del mismo nombre, y de Mamá, papá: mejor escúchenme!, una vez el bebé nace, utiliza una herramienta con la que venimos dotados todos los seres humanos, «la comunicación gestual», y entonces expresa con gritos, llanto, gestos y sonrisas todas sus necesidades y emociones. Ser mamá requiere una alta sensibilidad para leer esos gestos y estar presente para él, lo bueno es que en ese punto se demuestra la sabiduría de la naturaleza que ha dotado a la mujer con el don de comprender a su bebé de manera innata.
A medida que va creciendo encuentra que hay otra herramienta que tiene y puede desarrollar, «la comunicación verbal del tipo intelectual», que está basada en un sistema complejo de representaciones al que llamamos «lengua» y que nos diferencia radicalmente de todos los demás seres del planeta.
La adaptación al entorno se da entonces a través del lenguaje y la percepción de comodidad u hostilidad comienza a partir de lo que siente o escucha a través de las palabras, los sonidos o el mismo silencio. De acuerdo a la manera como se relacione con lo que le rodea, el niño podrá ir cubriendo sus necesidades emocionales:
-Desde el nacimiento hasta el año 1: los niños perciben fuertemente si son deseados o bienvenidos o, por el contrario, rechazados y tratados con frialdad. Necesitan sentirse seguros y, por lo tanto, es necesario decirles frases como «la vida es bella», «eres parte de este lugar», «bienvenido a nuestra familia», y eso puede hacerse cuando se alimenta o a través de una canción. No hay que olvidar sonreír y sentir amor al expresarlo.
-Desde 1 año a los 3 años: requieren explorar el mundo y necesitan explorar su voluntad y cuerpo y, además, confirmar que son amados; por lo tanto, los mensajes pueden ser: «tienes derecho a ser libre y autónomo», «tienes derecho a ser creativo», un simple «te amo» y hay que dejarlo experimentar el mundo… Obviamente, sin perderle de vista.
-Desde los 3 a los 7 años: en esta etapa desarrolla la capacidad de amar y lo que aprende en este periodo determina cómo va a relacionarse con otros en el futuro. Es importante que se sienta respetado y que puede expresar sus emociones. Puedes darle mensajes del tipo: «Tú puedes amar y ser amado», «cometer errores está bien y te ayuda a aprender a vivir», «es importante expresar tus emociones», etc. Además, debes demostrar la incondicionalidad del afecto de sus padres con frases como: «Te quiero a pesar de que cometas faltas o saques una mala calificación, etc.». Aquí cobra vital importancia sentirse valorado y, por lo tanto, una vez se identifica que el niño es bueno en algo, eso hay que resaltarlo: «Eres muy bueno para el deporte», «qué bien bailas», «escuchas a tus amigos y eso es muy bueno», etc., la idea es ayudar al niño a identificar potencialidades que él mismo no ve.
«De la manera en que te comuniques con tus hijos es como vas a crear y construir su autoestima», asegura Velasco y si se construye su autoestima desde lo positivo, estaremos poniendo los pilares de una personalidad sólida, capaz de afrontar la vida y las dificultades de la mejor manera.
Definitivamente, el amor que se siente por los niños nos dictará la manera de comunicarnos con ellos, pero hay un mensaje importante que queremos darles: si una de las traducciones de las palabras mágicas Abracadabra es `Yo creo conforme hablo´ y una película como La vida es bella recrea de forma magistral el significado y poder que tiene la interpretación de la realidad a través de la palabra, pues debemos trasmitir a los niños desde muy temprano la gran responsabilidad y fuerza creadora de tan poderosa herramienta que tenemos a nuestra disposición.
Ale Velasco es una motivadora internacional mexicana, autora de 18 libros y conferencista en temas de crianza y educación de los niños, la mujer y la familia, invitada habitual del Canal Discovery Home & Health y fundadora y CEO de «Mujeres hechas en México» y la «Escuela Rosa».
Fuentes:
Entrevista Ale Velasco, Web: Mujeres hechas en México, Libros: Papá, mamá: mejor escúchenme y El lenguaje del cariño.
Por: Bonnie Medina
Columnista Revista Edu.co
Fotos cortesía: Ale Velasco – Mujeres hechas en México