Violencia y acoso en el ámbito escolar

Más allá de los números: Poner fin a la violencia y el acoso en el ámbito escolar

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¿Sabías qué según una encuesta de la UNESCO uno de cada tres estudiantes (32%) es víctima de acoso por parte de sus compañeros o compañeras de escuela al menos una vez al mes?

Los niños del mundo merecen espacios dignos y enriquecedores donde aprender. Pero las preocupantes cifras de violencia y acoso en el ámbito escolar nos dan la impresión de que parece una utopía. Muchos países han logrado enfrentarlos y hoy compartimos dichas recomendaciones para erradicar por completo esta problemática que afecta a los niños del mundo.

La violencia escolar comprende violencia física, psicológica y sexual. La violencia física incluye agresiones físicas, peleas, castigos corporales y acoso físico; la violencia psicológica incluye maltrato verbal, maltrato emocional, exclusión social y acoso psicológico; y la violencia sexual incluye actos sexuales sin consentimiento (consumados

o en grado de tentativa), tocamientos no deseados, y el acoso sexual.

Violencia y acoso en el ámbito escolar

Según el estudio realizado por la UNESCO los niños a quienes se les considera «diferentes» corren un mayor riesgo de ser víctimas de acoso. Entre los factores que más influyen se encuentran la disconformidad con las normas de género, la apariencia física, la raza, la nacionalidad o el color de la piel. Asimismo, la violencia escolar y el acoso afectan tanto a niños como a niñas, sin embargo, de manera diferente.

Violencia y acoso en el ámbito escolar

Adicionalmente, debemos tener en cuenta que la violencia y el acoso en el ámbito escolar tiene múltiples consecuencias:

Consecuencias académicas

-Los niños sometidos a actos de acoso con frecuencia tienen más probabilidades de sentirse marginados en las escuelas. 42% de los estudiantes que son objeto de acoso con frecuencia se sienten marginados en el colegio, frente al 15% de los que no lo son.

-Sufrir acoso puede afectar al compromiso de continuidad de los estudios. Es más probable que los niños que son víctimas frecuentes de acoso deseen abandonar los estudios después de terminada la educación secundaria. Casi el 45% de los estudiantes sometidos a acoso con frecuencia, frente al 35% de los que no, querían abandonar la educación.

-Los resultados educativos son inferiores en niños que sufren acoso. Los estudiantes acosados lograron entre 9,6 y 18,4 puntos menos en matemáticas y entre 5,8 y 19,4 puntos menos en lectura.

-Una disciplina deficiente y un entorno escolar inseguro se asocian a un menor rendimiento académico.

Consecuencias para la salud

-El acoso se asocia a niveles más elevados de sentimiento de soledad y pensamientos suicidas.

-La violencia escolar puede causar lesiones físicas y daños.

– El acoso se asocia a tasas más elevadas de consumo de tabaco, alcohol y cannabis.

-El acoso también se asocia a una primera experiencia sexual a edad más temprana.

-El acoso se asocia a tasas más bajas de satisfacción con la vida y de calidad de la salud.

Violencia y acoso en el ámbito escolar

Los países que han logrado reducir la violencia y el acoso, o mantenerlos con una prevalencia baja, tienen en común una serie de factores. Entre los principales, pueden destacarse los que se enumeran a continuación:

-Fuerte liderazgo político, un marco jurídico sólido y normativo, y políticas coherentes sobre la violencia contra los niños, y la violencia y el acoso escolares;

-Colaboración entre el sector educativo y una amplia red de apoyo a escala nacional, incluidos los ministerios ajenos al sector educativo, las instituciones de investigación y las organizaciones de la sociedad civil;

-Compromiso de promover un clima escolar y un entorno de aula que sean positivos y seguros, y que incluyan el uso de una disciplina positiva;

-Programas e intervenciones basados en investigaciones y pruebas de eficacia e impacto en la violencia y el acoso;

-Fuerte compromiso con los derechos de los niños y de las niñas, con su empoderamiento y su participación;

-Participación e implicación de todas las partes interesadas de la comunidad escolar;

-Formación y apoyo continuo al profesorado;

-Mecanismos para prestar apoyo y derivar a otros servicios a las personas afectadas por la violencia y el acoso;

-Sistemas eficaces de denuncia y seguimiento de la violencia y el acoso.

En conclusión, todas las formas de violencia escolar representan una vulneración del derecho de los niños a la educación, la salud y el bienestar. Ningún país puede lograr una educación inclusiva, equitativa y de calidad para niños si sus estudiantes son víctimas de violencia y acoso en las escuelas. 

Amplía esta información en: www.unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000378398

Especial para Revista Edu.co
Por: Andrea Carolina Pedroza
Equipo de redacción de Revista EDU