5.4.4. Sentido del oído. El sentido del oído, nos pone en contacto con el medio, donde nos encontremos, y nos sirve como alerta, para identificar circunstancias de tranquilidad, pero también de peligro que afecten nuestra supervivencia; incluso para suscitar en nosotros emociones muy agradables a través de la música. Néstor Braidot (2014, p. 17129), al referirse al sentido del oído, nos trae a colación: “Una investigación desarrollada en la Universidad de Zurich demostró que la visualización de cualquier imagen acompañada por música clásica generaba más respuestas emotivas que la presentada de la imagen sin música”.
Il. 11: La música como apoyo en función de aprendizaje mediante el sentido del oído
Por otra parte, el escuchar música y aún mejor, interpretarla, ayuda para mejorar la atención sostenida (o concentración mental), lo cual favorece mucho los aprendizajes en cuanto a recordación y comprensión, como también como preventivo contra enfermedades degenerativas, como el Alzheimer. Desde luego, para favorecer un ambiente de aprendizaje, la música debe ser seleccionada por su melodía, ritmo y volumen, de tal manera, que favorezca la atención hacia lo que se está aprendiendo.
En relación con el oído, Jhon Medina (2011, p.241), al referirse al trabajo en equipo de los sentidos, nos dice: “Hay muchos tipos de sinestesia; más de cincuenta. /…/ Uno de los más extraños muestra que incluso cuando el cableado del cerebro se confunde, los sentidos siguen trabajando en equipo. /…/ como cuando pensamos en el sabor de una chocolatina después de oír la palabra “chocolate”. Y concluye este autor (p.242): “Datos como este ilustran el hecho de que los procesos sensoriales están cableados para trabajar en equipo. He aquí el corazón de esta regla del cerebro: estimular más sentidos”. Hay personas que ven una palabra y de inmediato sienten un sabor en la lengua
5.4.5. Sentido del gusto. Es otro de los sentidos muy importantes que nos permite sentir sabores agradables, no agradables y hasta repulsivos. Sin embargo, curiosamente, es de los sentidos que más ejercitamos cuando comemos algo y está muy influenciado por aspectos culturales, bien sea que se coma sin algún aderezo, o condimento, o que se le dé al alimento sabores agradables, de acuerdo con cada cultura, dando lugar a una infinidad muy grande de sabores; pero también estos sabores están sujetos al hábito que se forme cuando nos alimentamos, incluso hasta volvernos adictos a un determinado sabor. De ahí, la riqueza en la variedad de sabores que podemos experimentar, y encontrar, por ejemplo, en las distintas formas de cocinar o preparar alimentos, que tenga cada región, país o continente.
El poder buscar y dar variedad de sabores agradables a los alimentos para el consumo y gustos de las personas, es considerado en la culinaria como un arte; pero también, dicho de paso, debe implicar el preparar alimentos, que al mismo tiempo sean nutricionales, que den salud a quienes consuman los alimentos ofrecidos.
Por otra parte, en el sentido del gusto, también los demás sentidos pueden influir en el sabor, en trabajo de equipo. Néstor Braidot (2014, p.129), con respecto al gusto o sabor nos menciona: “El profesor Charles Spence, de la Universidad de Oxford, demostró cómo el tacto, la visión y el sonido influyen en la percepción del sabor de una comida. Durante uno de sus experimentos, los participantes afirmaron que la espuma de fresa era más dulce si la saboreaba en un plato blanco, que cuando lo hacían en uno negro. También se ha comprobado que, si se cambia el color de un alimento, puede modificarse la sensación de sabor y aroma”.
El sentido del gusto es, en consecuencia, uno de los más variados que podemos encontrar entre las personas, regiones y culturas. De todos modos, este sentido tiene una gran influencia como ayuda para el logro de aprendizajes, recordación y comprensión, porque ayuda mucho en la identificación de situaciones y circunstancias en que uno se encuentra en determinado momento, cuando se quiere recordar y, además, porque también está vinculado a momentos emocionales, positivos, o negativos.
BIBLIOGRAFÍA
BRAIDOT, Néstor (2014). Cómo funciona tu cerebro. Edit Planeta, 1ª. Reimpresión. Bogotá.
MEDINA, Jhon (2011). Los 12 principios del cerebro. Una explicación sencilla de cómo funciona el cerebro para obtener el máximo desempeño. 2ª. ed. Enero de 2011. Impreso por Edit. Buena Semilla, Bogotá. (Edic. original en Inglés Brain rules. 12 principles for Surviving and Thriving at Work, Home and School, publicación de Pear Press, 2008).
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Especial para Edu.co
Por: Jesús Gúttemberg Bohórquez C.
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