En el año 2020, la Unesco publicó un análisis curricular del estudio regional y comparativo para América Latina. Uno de los hallazgos, es que para las áreas de ciencias, matemáticas y lenguaje, el currículo se basa en un enfoque sociocultural. Esto quiere decir, que se asume que en el proceso de aprendizaje también intervienen factores sociales y culturales. Pensar en este tipo de ideas en una clase de matemáticas puede ser difícil, por la misma naturaleza del área, por ser una ciencia exacta, esto a pesar de que nuestros principales referentes, tanto los lineamientos curriculares (1998), como los estándares básicos de competencias (2006), se basan en estos principios e invitan a los profesores a pensar en las matemáticas como un constructo social y humano.
Históricamente la clase de matemáticas se ha considerado una de la menos motivadora, de la que mayor tensión genera y en la que menos se tiene en cuenta al estudiante como persona, sus pensamientos y sentimientos y en la que menos se promueve la interacción entre el estudiante, sus compañeros, el profesor y el entorno.
La primera tarea que tiene el profesor es construir una comunidad matemática con sus estudiantes, entendida como un grupo de personas que realizan de forma conjunta acciones en torno a las matemáticas, esto permitirá que los estudiantes se sientan incluidos, se apropien de un rol y sienten que tiene algo que aportar a esta comunidad, empezando por la determinación de las características, las normas, sanciones y acuerdos.
En el Colegio Cumbres, queremos aportar a la construcción de esta comunidad privilegiando la formación integral, cambiando así la percepción negativa de las matemáticas. Para nosotros es importante que el estudiante aprenda matemáticas, pero también queremos que al formarse como persona se convierta en un líder que use su conocimiento para aportar a la sociedad y ayudar a los demás.
En segundo lugar, es necesario valorar el conocimiento que poseen los estudiantes, su contexto y la manera como fueron adquiridos esos conocimientos. El aprendizaje no se da solamente dentro del aula, es muy importante permitir a los estudiantes desenvolverse en un contexto real, apropiarse de prácticas reales, de manera que el conocimiento matemático tenga más significado para él y sea también una interpretación y una construcción propia. No solo por la adquisición de conceptos matemáticos en sí, sino cómo estos aportan a la construcción del sujeto inmerso en una sociedad, de cómo le permiten comprender las problemáticas, económicas, sociales, políticas, etc.
Para lograr esto, en Cumbres promovemos el uso de metodologías activas en las que el centro sea el estudiante, de manera que se genere un aprendizaje activo y reflexivo y que permita cambiar la mentalidad y las prácticas tradicionales. Además contamos con un proyecto de tecnología educativa que tiene como fin modificar las prácticas de aula, facilitar el acceso a la información y promover interacciones más enriquecedoras.
De acuerdo con lo expuesto anteriormente, vemos que es necesario que en la escuela se den unos cambios en relación con el docente y con el saber. Pero también es necesario que se den en relación con el estudiante (Blanco, 2011). Los estudiantes deben ser respetuosos de la diversidad de pensamientos matemáticos y las ideas matemáticas de los demás. Mantenga una actitud de curiosidad y aprendizaje constante y encuentre mayor vínculo de las matemáticas con la vida cotidiana.
Eduardo Sáenz (2016), considera que es importante tener algo de matemático en esta vida, afirma que es posible reconciliarse con las matemáticas si desde el rol de estudiante has tenido una “mala experiencia” con ellas, o tienes recuerdos de frustración. Este matemático moderno, recomienda tener paciencia contigo mismo, imaginar dentro de ti a un “matemático o matemática interior” para ayudarte a razonar y mantenerlo activo haciendo cosas asociadas a las matemáticas, aprovechar al máximo el tiempo en tu clase de matemáticas y la interacción con tus compañeros, cuando consideres debes dar vuelta y retomar, no desechar los avances que tengas, incluso del error se aprende, y finalmente, toma lápiz y papel y garabatea.
Es indispensable, como docentes o como estudiantes, dejar volar la imaginación, cuestionarse, crear, proponer, conectar, socializar, ¡atreverse!
Referencias
- Álvarez, H. B. (2011). La postura sociocultural de la educación matemática y sus implicaciones en la escuela. Revista Educación y Pedagogía, 23(59), 59-66.
- Bishop, A., 2005, Aproximación sociocultural a la educación matemática, traducido por Perry Patricia, Colombia, Merlí I.D.
- Ministerio de Educación Nacional. (2003). Estándares Básicos de Competencias en Matemáticas. Bogotá, D.C: Magisterio.
- Ministerio de Educación Nacional. (1998). Matemáticas. Lineamientos Curriculares. Bogotá, D.C: Magisterio.
- Sáenz de Cabezón, E., 2016, Inteligencia Matemática, España, Prodigitalk.
- UNESCO, 2020, ¿Qué se espera que aprendan los estudiantes de América Latina y el Caribe? Análisis curricular del estudio regional comparativo y explicativo (ERCE 2019), Chile.