8. Tecnología para el mejoramiento de la concentración mental habitual: su aplicación personalizada, o en grupo.
8.1. Apoyo con el desarrollo de un programa educativo para el mejoramiento de la concentración habitual de los estudiantes. Por ejemplo, el «Programa talleres de mejoramiento de concentración habitual», sugerido para las instituciones educativas. Hoy conocido como Programa de los TMA (Talleres para el Mejoramiento de la Atención habitual).
8.1.1. Objetivos de esta tecnología. Al preocuparnos por mejorar la concentración mental habitual de nuestros estudiantes para obtener aprendizajes de calidad, nace la necesidad de construir una tecnología de apoyo, la cual debe tener principalmente, dos objetivos:
- Alcanzar una concentración mental habitual, sostenida y de calidad.
- Aumentar el tiempo de concentración habitual personal.
8.1.2. Implicaciones. Esta tecnología supone tener en cuenta:
- Conocimiento de Principios científicos, referentes a qué es concentración mental habitual, su mejoramiento y sus beneficios, en cuanto a facilitar aprendizajes y mejorar resultados en lo que se haga, ya sean tareas u oficios rutinarios, o nuevos, de acuerdo con los resultados investigativos por parte de la Psicología cognitiva y de las Neurociencias.
- Unos procedimientos, en los que se concreten pasos a seguir
- Unos instrumentos de apoyo para tal fin, inclusive, el utilizar instrumentos mecánicos que ya existen, a los cuales se les da una utilidad adicional para el mejoramiento de la concentración habitual.
8.2. Parámetros a tener en cuenta para la aplicación de esta tecnología.
De acuerdo con nuestra experiencia, es necesario tener en cuenta los siguientes parámetros.
- Primero orientar sobre su gran importancia. Se debe mostrar la importancia y necesidad que tiene para cada persona el ejercitar su concentración para mejorarla, lo mismo que sus incidencias en los aprendizajes, y en todas las actividades que realicemos, cuando se pretende obtener buenos resultados y, además, facilitar los aprendizajes de calidad.
Dentro de esta orientación, mostrarles las consecuencias negativas cuando uno se distrae en una actividad que se ha propuesto realizar. Por otra parte, es necesario crear conciencia en los participantes sobre la importancia y necesidad de mejorar la concentración habitual que se tenga, para mejorar y facilitar los aprendizajes; pues, de acuerdo con uno de los principios: el cerebro hay que ejercitarlo en sus diversos aspectos como rector de las actividades y propósitos; pues, lo que no se ejercita no se mejora; en consecuencia, las habilidades no se pueden adquirir si no se ejercitan.
- Todo taller para el mejoramiento de la concentración habitual debe apoyarse en los sentidos. Al menos en uno de ellos (nos referimos, principalmente, a los sentidos vista, oído, tacto, olfato y gusto). Lo ideal para empezar es que los talleres se apoyen en el mayor número de sentidos, más la utilización de movimiento o ejercicio físico, y en forma lúdica.
- El participante debe tener claro el concepto de qué es concentración mental antes de empezar el entrenamiento. No tanto un concepto formulado por alguno de los investigadores, pero sí muy cercano a un concepto válido, similar al que mencionamos para este fin. Aclarándole, además, que buscamos prolongar el tiempo promedio que tenemos cada uno de concentración, ya que cada persona tiene un determinado grado de concentración habitual, así sea de una duración habitual de 5” segundos.
- Intencionalidad por parte del participante. Por parte del participante, debe haber una intencionalidad, o propósito de realizar bien el taller de concentración, de acuerdo con las instrucciones dadas por el orientador; y en caso de que se dé cuenta de que se distrajo, no preocuparse, y continuar con la intención de estar atento a lo que se propuso captar o atender.
- Registro de las distracciones. Este registro lo puede hacer el orientador, o el mismo participante, dependiendo de la clase de ejercicio y de la edad del participante. Esto con el fin de identificar el tiempo promedio habitual que tiene el participante, para después de medir el progreso, continuar con talleres de mejoramiento de atención y con la intencionalidad de estar atento a lo que decida realizar como actividad.
- Orientación al participante, en cuanto a la importancia de ejercitar la concentración y su aplicación. No solo en temas académicos, sino también de su aplicación en cualquier actividad que realice, incluso en deportes y hobies que se tengan, dentro del colegio, o fuera de la institución educativa; es decir, como consigna de ejercitarla y aplicarla en su vida diaria y quehaceres de responsabilidad, o de tiempo lúdico, o de tiempo libre.
- Los talleres para el mejoramiento de la atención mental habitual deben ser variados y acordes a la edad, al nivel académico y a la situación personal del participante. No es lo mismo aplicar talleres para el mejoramiento de concentración habitual a un niño de preescolar, que uno de primaria o de bachillerato, o universitario, como tampoco, es lo mismo un estudiante avanzado ya en tiempo de concentración habitual que un principiante con un promedio habitual bajo.
El orientador debe seleccionar qué taller debe ejercitar. Por otra parte, de acuerdo con lo acabado de indicar, los talleres pueden ser orientados por grupos, pero con la condición de que previamente hayan sido cuidadosamente seleccionados sus participantes, por grado y calidad de atención, de acuerdo con los registros previos establecidos para cada participante.
Hay muchas clases de talleres para el mejoramiento de la concentración habitual; cuando se destina, por ejemplo, un tiempo entre 1 y 5’ minutos, se puede utilizar un solo tipo de ejercicio de atención; pero cuando pasa de 5’, se puede utilizar varias formas y tipos de talleres. Adicionalmente, se recomienda para terminar, cualquier taller, finalizar con ejercicio que implique movimiento del cuerpo y de alguna de sus partes, para finalmente, terminar con ejercicio de respiración profunda. Acerca de información sobre tipología de talleres y una muestra de talleres, ver Cómo ser el mejor estudiante. Prácticas y talleres para niños, jóvenes y adultos. Vol 2, de nuestra autoría.
BIBLIOGRAFÍA
BOHÓRQUEZ C., Jesús Gúttemberg (2003). Cómo ser el mejor estudiante. Prácticas y talleres para niños, jóvenes y adultos. Vol. 2. Edit. Grijalbo, Bogotá.
Il. 24: Tomada por el autor de este artículo.