Los Extremos Pedagógicos - Bauhaus de la Montaña

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Los Extremos Pedagógicos

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Es muy importante entender que la decisión de cómo educar, la toma cada familia, buscando los beneficios que cada una necesita, y es por esto que sin conocer los motivos de fondo que lleva a cada familia a escoger su camino, siempre será de sensatos respetarlos.

La educación alternativa, comprende modelos pedagógicos como el homeschooling, el unschooling, y también ahora el flexschooling, los cuales son una posibilidad maravillosa para las familias que optan por este modelo y que tienen recursos para la investigación y el tiempo para llevarlo a cabo. Este grupo en cantidad poblacional, en Colombia, no excede el 8% de la población infantil, y lamentablemente no alcanza esta opción a cubrir al resto de los niños. Estos modelos de escuela libre siempre requerirán del adulto un compromiso superior por lo que implica el reto de educar, estas miradas son en muchos casos la única opción para educar en algunas latitudes alejadas.

En las ciudades muchas son las familias que no pueden optar por esto de asumir la educación de los hijos debido a diferentes motivos personales, sociales, de necesidad, etc. Pero estos niños y sus familias también necesitan un espacio, que les ofrezca una posibilidad de aprender, es allí, que se organizan usualmente en comunidades o grupos donde entre todos se encargan de la socialización y las actividades, en algunos casos logran evocar las primeras escuelas tribales, reuniones de niños, jugando y explorando con la compañía de adultos; un gran número en nuestras sociedades actuales son familias que no pueden, no desean o no saben hacerlo de esta manera, entonces buscan centros, lugares o institutos de educación alternativa, donde les permitan acceder al modelo educacional que prefieren para sus hijos, eligiendo desde sus propias convicciones. Estas opciones de escuelas alternativas sumadas a la oferta de educación tradicional completan la oferta académica en Colombia. Es muy importante entender que la decisión de cómo educar, la toma cada familia, buscando los beneficios que cada una necesita, y es por esto que sin conocer los motivos de fondo que lleva a cada familia a escoger su camino, siempre será de sensatos respetarlos.

Los movimientos emocionales que este tema propone en algunos casos nos llevan a agremiarnos con quien piensa igual, o con quien vive una circunstancia parecida o similar a la mía, este tipo de agremiación se produce en todos los ámbitos políticos, religiosos y sociales, tanta pasión puede llevarnos con facilidad a la radicalidad y en la educación no es la excepción.

Llamados “Extremistas Pedagógicos”, aquellas personas que individualmente o en grupo atacan y critican toda forma de educación diferente a la propia, ven a las familias, los maestros y a los niños, desde su visión, y solamente desde allí, juzgan y atacan desde sus postulados a cualquiera que se salga de su línea de pensamiento. Todas las familias tienen derecho a elegir su camino y como ellos, lo único que buscan es una educación que les permita aferrarse a lo que creen.

Algunos de estos grupos se fundamentan en autores que proponen la ultra-pedagogía, y otros su extremo opuesto, lo que se ha denominado la anti-pedagogía, en los dos bandos se tienen autores que soportan sus postulados y suelen ser los mismos siempre, es muy difícil ver que sus autores cambien o ver nuevos autores en estos tópicos, se aferran a estos pocos como salvavidas.

Los que se apoyan en la ultra-pedagogía, siguen postulados de la maestra sueca Inger Enkvis, quien en sus videos con mucha iluminación, dice que la escuela debe ser estricta, cerrada y obligatoria, que el maestro debe recuperar el lugar de autoridad que pierde en las nuevas pedagogías, que el currículum debe ser impuesto, que el “alumno” (ser sin luz), debe ser evaluado y dogmatizado para ser parte del estándar, que si no se convertirán en vagos y demás barbaries ya conocidas de la educación tradicional.

Por el otro extremo tenemos postulados como los del licenciado en filosofía de la Universidad de Murcia, Pedro García en sus poco iluminados videos con un toque subversivo y su idea de la no pedagogía, su ataque directo a las escuelas y modelos pedagógicos y a lo que él llama: el peor adefesio del siglo 19, “el profesor”, como dice García se diferencia del Maestro por que cobra un salario. En medio de esta afirmación cita a Nietzsche y dice que el maestro debe encargarse de que el estudiante lo olvide, porque no lo necesita, (teoría actualizada por Jacques Ranciere) para luego y en medio de esta narrativa, vuelve a nombrar al profesor, como el peor adefesio. Propone entonces desde allí un análisis poco profundo, del roll docente y una división radical entre maestros y profesores, donde solo se diferencian por una transacción comercial. Pero esto genera ciertas dudas cuando se analiza a fondo la problemática del docente. Afirma García que una labor filántropa y altruista pierde validez al ser cobrada, entonces estos serán llamados “profesores”. Por el contrario el maestro tiene discípulos que lo siguen y no cobra por eso. Este será el “Maestro”. Propongo entonces no hacer un análisis de ingeniero a una obra de arte, e ir más allá de identificar los colores y las formas. Es necesario observar el rol del docente en detenimiento para no caer en protestas y criticas sin fondo.

En cualquiera de los casos:

¿Cuántos “maestros”, son en realidad profesores? Véase el caso de algunos pastores cristianos llevados al contexto de “maestro” por sus discípulos y en que ha parado esa teoría.

¿Y cuántos del profesorado?, ¿cuántos de esos profesores son realmente unos maestros?. El caso del profesor de YouTube. O el último premiado en África, o las profesoras veredales que atienden solas todos los niveles en un pequeño salón a kilómetros de la civilización abandonadas por el estado que no reciben pago hace años. ¿Son entonces estos adefesios?

¿Es entonces una transacción comercial lo que separa a un maestro de un profesor?

Así mismo, ¿se puede extrapolar este concepto a todos los centros y comunidades
educativas que cobran por su servicio?

Y así mismo, ¿a todos los que realizan labores altruistas y obtienen un pago?

¿Diferenciar y catalogar seres buenos y malos por el reconocimiento de una labor?

Decía Aristóteles, “toda negación es afirmación”, por lo tanto no tener una pedagogía es tener una.

Es imposible tener o practicar una anti pedagogía.

Aquí vemos un poco de los que pueden ser estos extremos que también están
presentes en el ámbito educativo.

Ver la educación desde los extremos o solo desde mi perspectiva no me deja ver lo importante, es imperante que entendamos la educación y la crianza como un compendio de necesidades particulares en un entorno social, donde todos están buscando en conjunto el bienestar, la verdadera libertad se obtiene cuando todos tienen derecho a elegir.

Hay que entender la educación como un cartapacio de posibilidades para todos, donde todas las familias de cualquier entorno, tengan la opción de elegir, que todos lo puedan hacer desde el respeto hacia sus convicciones, que la oferta académica de cada cuidad, tenga todas las opciones pedagógicas ya sean alternativas, tradicionales, holísticas, o tribales, que se pueda hacer desde casa o en un hospital o donde se prefiera, que todos los actores sociales tengan las mismas posibilidades de escoger la educación de su preferencia sin ser juzgados por otros.

Una escuela libre donde todos los actores de la sociedad se encuentren.
Una escuela libre sin verdades y en búsqueda de certezas.
Una escuela libre donde todos los días puedan nacer nuevas propuestas.
Una escuela libre donde los niños sean los protagonistas.
Una escuela libre donde las ideas de los adultos no los dividan.
Una escuela libre donde todos, todos nos encontremos.

*Por: Pedro León.

Fundador y Director de Bauhaus de la Montaña