En 2014 la Oficina Regional de la UNESCO en Bangkok dio inicio al proyecto de Escuelas de la Felicidad [Happy Schools Project] (HPS) que propone enfoques alternativos con miras a mejorar la experiencia del aprendizaje dando prioridad a la felicidad en la escuela. Veamos de qué se trata.
Al hacer hincapié en el bienestar, el compromiso y el sentimiento de pertenencia a la escuela, el proyecto contribuye a fomentar el amor por el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Su objetivo es la felicidad general en la escuela antes que la felicidad individual de cada alumno, ya que la escuela es un espacio de desarrollo comunitario holístico y sostenible que incluye a los docentes, a los padres, al personal y a los directores de los establecimientos.
¿Qué hace que una escuela sea “feliz”?
El marco de Escuelas de la Felicidad o Happy Schools Framework (HSF) constituye una manera de reflexionar sobre qué hace que una escuela sea un espacio de felicidad. Este marco, publicado en 2016 por la Oficina Regional de Bangkok, se compone de 22 criterios divididos en tres categorías que conforman los mecanismos que propician entornos escolares felices: las personas, los procesos y los espacios. Estas tres categorías dan fe de lo importantes que son las relaciones positivas en la escuela, las experiencias de aprendizaje atractivas y colaborativas y los entornos escolares seguros y estimulantes.
En 2022, se elaboraron una guía y un conjunto de herramientas para proporcionar a los docentes y directores de los establecimientos escolares de la región de Asia y el Pacífico herramientas concretas para poder aplicar el marco y que dan prioridad a la felicidad en sus experiencias cotidianas de enseñanza y aprendizaje.
¿A qué se parece una “Escuela de la Felicidad” de la UNESCO?
El proyecto de Escuelas de la Felicidad fue impulsado de forma experimental en 3 países de la región de Asia y el Pacífico: Japón, la RPD Lao y Tailandia. Los docentes de las escuelas que participaron consideraron que el proyecto contribuía a hacer que sus actitudes fueran positivas y a reforzar su compromiso en favor de los entornos de aprendizaje felices, a estimular un cambio positivo en la mentalidad de los estudiantes, así como relaciones cordiales con los padres y los compañeros de escuela. Los docentes felices hacen que los estudiantes sean felices y el proyecto ayudó a estos docentes a centrarse en lo positivo y en el compromiso, incluso durante la interrupción provocada por las perturbaciones del aprendizaje durante la COVID-19.
Para mantener a los alumnos motivados durante el cierre de las escuelas, introdujeron un aprendizaje a distancia a través de WhatsApp. Un docente de inglés les pidió a los alumnos que compartieran audios y videos de pronunciación. Gracias a esta experiencia en línea, los alumnos se sintieron más cómodos y confiados al hablar el inglés de forma lúdica con la participación de todos.
Los proyectos piloto demostraron la importancia del enfoque holístico de la escuela para que la felicidad fuera posible en esta. El compromiso de las escuelas participantes con las comunidades locales aumentó gracias a las actividades organizadas en la escuela. Por ejemplo, en la escuela Minho Kodomonomori Gakuen de Japón, los docentes y la comunidad se unieron en la lucha contra la tristeza creada por la pandemia de COVID-19 al compartir corazones y rostros felices durante la celebración, el 20 de marzo de 2022, por el Día Internacional de la Felicidad.
¿Por qué necesitamos Escuelas de la Felicidad en todo el mundo, sobre todo ahora?
Los estudiantes, los docentes y los directores de los establecimientos de hoy en día hacen frente a nuevos desafíos: perturbaciones del aprendizaje y del desarrollo comportamental vinculados a la COVID-19, crisis climática, conflictos geopolíticos de mucha visibilidad a través del mundo, desplazamiento masivo de refugiados, desigualdades flagrantes en los ámbitos de la riqueza y la salud, pruebas cada vez mayores de la influencia negativa de las redes sociales en la felicidad de los jóvenes.
Ante estos desafíos, las escuelas del mundo entero tienen dificultades para determinar de qué manera actuar. Gracias al marco de las Escuelas de la Felicidad, los sistemas escolares renuncian a la idea de negatividad para enfocarse en una idea positiva de crecimiento. La escuela puede ser un espacio potente para luchar contra la negatividad que dificulta el aprendizaje cognitivo y no cognitivo. Si se le da prioridad a la felicidad en las escuelas mediante experiencias de aprendizaje atractivas, dinámicas y colaborativas, los rendimientos del aprendizaje pueden ser mejores.
Para más información visita: Lo que necesita saber acerca del proyecto de Escuelas de la Felicidad de la UNESCO