En 1991, Daniel Kaplan egresó del Colegio Nueva Granada y entró a estudiar Cocina al SENA antes de completar su formación en el prestigioso ‘The Culinary Institute Of America’. En esa época ser chef era algo inusual ya que la mayoría de los bachilleres elegían Derecho, Medicina o Ingeniería al ingresar a la universidad. Kaplan, propietario del restaurante Kaplan the Gastropub, en la Zona G, recuerda que “al que iba a estudiar culinaria lo miraban raro. Hoy ser chef es una ocupación tan respetada como ser ingeniero o abogado”. Kaplan ha sido testigo de cómo la gastronomía se ha vuelto una moda. Un “boom” que se ve reflejado en apertura de nuevos restaurantes, tiendas de productos gourmet, programas de televisión, secciones de gastronomía en periódicos y revistas y un constante interés del público en la temática de la buena mesa.
Pero ser chef no es un camino fácil. Requiere constancia, disciplina, pasión y mucho estudio. “El chef no solo debe saber cocinar; también debe saber de química, biología, nutrición, historia, geografía, religión, economía y gerencia. Este oficio te abre el mundo de una manera impresionante”, señala Mónica Lizarralde, directora del Centro Gourmet de la Escuela Superior de Gastronomía Mariano Moreno y profesora de dicha institución. Igualmente se requieren ciertas aptitudes al estudiar Cocina. “Ser perfeccionista, ordenado, creativo, tener vocación de servicio, trabajar en equipo y bajo presión, buen gusto para comer y, sobre todo, ser pacientes”, afirma Daniel Kaplan. Paciencia que se necesita no solamente en la preparación de un plato, que requiere un determinado tiempo para su elaboración, sino en el desarrollo profesional que implica un aprendizaje continuo ya que, como dice Mónica Lizarralde, “somos cocineros y solo después de muchos años de experiencia llegamos a ser chefs (jefe)”.
Uno de estos futuros chefs es Sergio Riaño, quien cursa tercer semestre en el Instituto Superior Mariano Moreno. Sergio, como otros muchos estudiantes y profesionales, empezó otra carrera (en su caso Administración) pero su vocación lo llevó a la culinaria. “En mi casa desde pequeño me gustaba cocinar y crecí en un ambiente de gusto por la buena mesa”, explica este estudiante que quiere, una vez egresado, montar su propio negocio de comida rápida tipo gourmet.
Un amplio menú laboral
La mayoría de las personas piensan que ser chef en un restaurante es el único trabajo posible de un graduado en Cocina. No es así. Esta profesión tiene un amplio menú de oportunidades laborales. “Hoteles, clubes, casas de banquetes, aerolíneas, cruceros o montar su propio negocio: desde una empresa de catering hasta un sitio de comidas rápidas”, explica Daniel Kaplan.
Por su parte, Mónica Lizarralde añade que otras opciones de trabajo son “la docencia, asesorías e investigación para empresas de alimentos así como el servicio de casinos en empresas, hospitales o centros educativos”. La profesora agrega que lo bueno de ser chef es que “donde haya personas que quieran alimentarse, siempre se necesitará un cocinero. Además, nosotros no nos jubilamos pues el chef cuanto más viejo es más solicitado y más respetado”. En lo que ambos entrevistados coinciden es en que el egresado de la carrera de Cocina debe salir al exterior a adquirir la experiencia y los conocimientos que harán de esa persona un profesional exitoso.
Ser chef es más que una profesión: es un estilo de vida que brinda a quien sigue este camino un gran número de experiencias personales, opciones laborales, e incluso retribuciones económicas, en ocasiones, superiores a las de otras carreras. Sin embargo ni los viajes, la fama o el dinero significan tanto para un chef como la satisfacción del comensal. “Servir un plato y ver la sonrisa de satisfacción del cliente es algo muy gratificante y justifica las diez horas de trabajo previas”, sentencia Mónica Lizarralde.
¿Dónde estudiar para ser Chef?
-Instituto SUperior Mariano Moreno
Fernández, Alejandro. Chef: Una profesión apetitosa. En: Revista Edu.co. No.1 (Mayo, 2010); p.40. ISSN 2145 7328