Algunas Leyes o Principios que tiene el cerebro para aprender

Il. 1: Luz eléctrica, inventada por el cerebro

Algunas Leyes o Principios que tiene el cerebro para aprender (Entrega 2)

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5.3. Principio básico 3: El cerebro humano para sobrevivir también evolucionó, pero lo hizo fortaleciéndose mediante adquisición de una inteligencia muy superior al resto de los seres vivientes de la Tierra.

Entre los principios básicos a mencionar que tiene el cerebro humano, quiero resaltar este: el de su enorme potencial de inteligencia que tiene, por naturaleza, muy por encima de las fortalezas físicas y biológicas de la enorme cantidad de seres vivientes, con las que el ser humano ha tenido que convivir, a pesar de su poca fortaleza física y biológica.  

La evolución nos transformó de las criaturas más débiles, a criaturas con capacidades especiales para resolver problemas, pero, sobre todo, de una capacidad exclusivamente humana: el razonamiento simbólico, que le permite al ser humano comprender las intenciones y las motivaciones de los otros seres humanos. 

Algunas Leyes o Principios que tiene el cerebro para aprender
Il. 5: Luz eléctrica, inventada por el cerebro
Algunas Leyes o Principios que tiene el cerebro para aprender
Il. 6: Viajes espaciales inventados por el cerebro humano
Algunas Leyes o Principios que tiene el cerebro para aprender
Il. 7: El celular y el computador inventado por el cerebro humano

Gracias a la evolución que ha tenido el cerebro humano, la humanidad se ha caracterizado por su enorme capacidad analítica, crítica y creativa, frente a la infinidad de problemas y necesidades, para poder sobrevivir, para lo cual, ha realizado una infinidad de invenciones, en todos los aspectos, y que hoy forman parte de la cultura social de la humanidad. 

Además, esta característica nos permite pensar en que todas las personas tienen, por naturaleza, ese potencial tan grande de inteligencia, y que nos permite también a todas las personas sentirnos seguras y capaces también de desarrollar ese enorme potencial de inteligencia y adquirir diversas habilidades humanas, para ser también analíticos, críticos y creativos y contribuir con nuevas inventivas, o al menos, mejorar las que ya existen, lo cual es base para sentirnos con una autoestima en nuestra capacidad de aprendizaje y de condiciones naturales para resolver problemas y poder sobrevivir. Pensemos y miremos la cantidad casi infinita de inventos que nos rodea y que incluso, a diario usamos; por ejemplo, la invención y perfeccionamiento de la electricidad, los viajes espaciales, el internet, etc., pero en realidad, hoy, desde que nos levantamos, vemos a nuestro alrededor, montones de inventos. (Ver fig. 5, 6, y 7).

 Al respecto, el biólogo y neurólogo Jhon Medina (2011, pp.35-36) afirma: “El cerebro parece estar diseñado para solucionar problemas relacionados con la supervivencia, en un ambiente exterior inestable y para hacerlo casi en constante movimiento. /…/ Nuestro cuerpo, y con él nuestro cerebro, se ha aferrado a todas las adaptaciones genéticas que nos han ayudado a sobrevivir. /…/ Existen dos maneras de vencer la crueldad del medio ambiente: volverse más fuerte, o volverse más inteligente. Nosotros elegimos la segunda”. /…/ Una de sus mayores contribuciones consiste en haber identificado la característica humana que realmente nos separa de los gorilas: la capacidad de usar el razonamiento simbólico”.

 Más adelante  (p. 37), continúa enfatizando: “Nuestro cerebro es capaz de percibir un objeto simbólico al mismo tiempo como algo real en sí mismo y como la representación de algo más”, y este autor citando a la psicóloga Judy Deloche, una de las investigadoras más fuertes en el tema de la inteligencia humana y que la denomina “Teoría de la representación dual”,  afirma: “En términos formales, esta /teoría/ describe nuestra capacidad para atribuirle características y significados a cosas que en realidad no los tienen. Y en términos sencillos, esto quiere decir que podemos imaginar cosas que no están presentes. Somos humanos porque somos capaces de fantasear”.

La neurocientífica  y médica noruega Kaja Nordengen (2019, p. 41) esta idea la resume así: “El resultado concreto de nuestra evolución no es, por lo tanto,  que nos hayamos vuelto más fuertes, sino más astutos, más inteligentes”.

De acuerdo con lo indicado, esto quiere decir que lo normal, o más bien, lo natural, en el caso del ser humano, es que todos los seres humanos nazcan con un potencial muy grande de inteligencia para aprender y construir diversas inteligencias o habilidades, para poder sobrevivir, como individuo y como especie, condicionado eso sí, al medio ambiente educativo familiar, sociocultural y académico en que se eduque cada persona, lo cual, desde luego hará una gran diferencia, inclusive, dependiendo de la época en que a uno le haya tocado vivir. Y cuando hablamos del medio ambiente, nos referimos a cómo se preparan unos padres para tener hijos, cómo nos orientan, cómo nos educan, cómo nos alimentan, cómo nos enseñan a aprender, inclusive qué genes nos dan los padres de familia, etc.

Esta consideración, a manera de conclusión, tanto para los docentes, como para el aprendiz,  debe significar una autoestima académica y autoconfianza, en el sentido de darse cuenta de que por tener un cerebro humano, también es un ser con un potencial de inteligencia muy grande, y, por tanto, también una persona capaz de aprender, de analizar, de ser crítico y creativo ante las dificultades o problemas, y construir habilidades, no solo para su propia felicidad en lo que le motive aprender y construir su propio proyecto de vida, sino también en función social y patriótica

Madurez del cerebro humano. El medio ambiente en que nace una persona, es una variable muy fuerte que influye en la formación y desarrollo de una persona, para la adquisición y desarrollo de habilidades, o inteligencias; pero también depende de qué tanto esa persona se deje orientar por quienes lo educan (sus padres, las instituciones educativas, y especialmente sus maestros), sobre todo, durante su infancia y adolescencia. Como sabemos, el niño, o niña, y los adolescentes, en general, no nacen con un cerebro ya desarrollado. Según los neurocientíficos y biólogos, el cerebro humano es el que entre los seres vivientes se demora más tiempo en madurar, por lo cual, en esas épocas mencionadas, deben ser protegidos y orientados por sus educadores (padres de familia, docentes e instituciones educativas), hasta cuando su cerebro alcance la edad adulta, o madurez, que es entre los 25 y 30 años de edad. 

El cerebro del infante y del adolescente está caracterizado por el predominio de dos aspectos: el emocional y la incapacidad de prever el resultado de sus acciones. Tradicionalmente, se ha venido suponiendo que llegar a la “edad adulta”, o madurez del cerebro, es cuando cumple la edad que las culturas y los gobiernos han determinado que se llega a la edad adulta, en la cual, los jóvenes (hombres y mujeres) pueden votar, desarrollar actividades de adultos, como trabajar, o tener un empleo, casarse, consumir alcohol, responsablemente, etc. 

Al respecto, la neurocientífica Adriana Castro Zavala, de la Universidad de Málaga (España), (2022, p. 3.5): “Si por edad adulta entendemos”estado o condición de pleno desarrollo y madurez”, se infiere que a los 18 años una persona ya habrá alcanzado esta madurez. Sin embargo, a nivel neurobiológico, esto no es cierto”.

Y continúa afirmando: “El cerebro alcanza su máxima madurez entre los 25 y 30 años, según las últimas investigaciones /…/ Por tanto, las áreas cerebrales encargadas de diversas funciones cognitivas sofisticadas continúan en desarrollo hasta casi la treintena. Por ejemplo, la corteza prefrontal, el área encargada de la toma de decisiones, razonamiento, resolución de problemas, evaluación del riesgo y autocontrol, es una de las últimas áreas en desarrollarse. De igual forma, la amígdala, el área relacionada con la evaluación de riesgos, también se encuentra en desarrollo hasta bien entrada la edad adulta. Si estas áreas no se encuentran completamente desarrolladas, la toma de decisiones se basa más en la parte emocional que en la racional. En consecuencia, aumenta la probabilidad de tomar decisiones arriesgadas e impulsivas, como ocurre en la adolescencia”. Esta autora comenta de paso que, en razón de lo expuesto, varios países han aumentado la edad legal, por ejemplo, EEUU, a los 21 años; Paraguay, a los 20 años; y Canadá, a los 19 años. 

Ser “mayor de edad”, en el sentido de que su cerebro ya ha llegado a su madurez, significa que las personas ya tiene la capacidad de tomar mejores decisiones. Lo curioso es que esta “mayoría de edad”, en los diferentes países, no es igual, como ya se indicó. A veces, por razones especialmente de búsqueda de apoyo político electoral de la gente joven, se ha estado bajando la edad legal, para promover que la gente joven, aún “no mayor de edad”, pueda también elegir gobernantes. En Colombia, por ejemplo, antes se llegaba a ser “mayor de edad” a los 21 años; posteriormente, la “mayoría de edad” la bajaron a 18 años de edad, y ya en varias ocasiones, se ha mencionado la posibilidad de seguir disminuyendo la “mayoría de edad” a los 14, o 15 años. Incluso, se promueve legalmente no interferir con orientaciones, por parte de los educadores, en la toma de decisiones que son de mucha importancia para sus vidas, con el argumento del “libre desarrollo de la personalidad”, parcialmente válido, como decisiones de casarse, tener bebés, consumo de alcohol, o de sustancias psicotrópicas, etc. 

En relación con las etapas de madurez del cerebro, recomendamos que dentro del proceso de orientación al infante y al adolescente (niño, o niña), se le informe y se le oriente a que toda persona en su vida pasa por diferentes etapas, las cuales lo más inteligente es aceptarlas, conocer sus características y dejarse orientar por sus educadores. Obviamente, los educadores tienen esa gran responsabilidad, pero también su compensación, en la medida que orienten bien con el apoyo de una pedagogía y didáctica válidas, acorde con el avance del conocimiento científico.

 

Por: Jesús Gúttemberg Bohórquez C.
Gimnasio Las Palmas | Bogotá

 

BIBLIOGRAFÍA

CASTRO Zavala. Adriana (2022, p.3.5).  “Deberíamos retrasar la edad legal para beber bebidas alcohólicas?. La evidencia científica dice que sí, ya que el cerebro alcanza su plena madurez entre los 25 y 30 años, según las últimas investigaciones. Y los daños no son menores”. Tomado de El Tiempo, domingo 31 de julio del 2022).

MEDINA, Jhon (2011). Los 12 principios del cerebro. Una explicación sencilla de cómo funciona el cerebro para obtener el máximo desempeño. 2ª. ed. Enero de 2011. Impreso por Edit. Buena Semilla, Bogotá. (Edic. original en Inglés Brain rules. 12 principles for Surviving and Thriving at  Work, Home and School, publicación de Pear Press, 2008).

NORDENGEN, Kaja. (2019).Tu supercerebro. Descubriendo los secretos de la mente humana. Edit. Planeta Colombiana, Bogotá. (Título original. Hjernen er stjernen, 2016. Publicado originalmente en noruego por Kagge Forlag).

ILUSTRACIONES

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Il. 6: Viajes espaciales inventados por el cerebro humano
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Il. 7: El celular y el computador inventado por el cerebro humano
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