En la actualidad vivimos una época de cambios importantes en la forma de ver a las familias, ya no podemos pensar en sistemas tradicionales que solo quieren ejercer autoridad en los niños(as) y jóvenes sino en familias que puedan activarse de manera creativa en la construcción de espacios de interacción, que fomenten diálogos colaborativos, apreciativos y abiertos que amplifiquen los modos de pensamiento y le permita a los niños y a los jóvenes, expresar ideas centradas no sólo en las responsabilidades sino en acciones que van a construir desde el presente hacia el futuro.
El reto constante es dialogar y buscar momentos en el día para jugar, cantar, reír y conversar de temas nunca pensados y explorar aspectos positivos de la relación familiar. Como dirían algunos autores narrativos, potencializar el vínculo permite la resolución en conjunto de situaciones que emergen en la vida. El arte y la comunicación van de la mano. Son potencializadores del diálogo familiar y son herramientas fundamentales para que nuestras sociedades avancen independientemente de las crisis o situaciones difíciles que afrontemos. La familia debe divertirse y tener un modo positivo de ver la vida, ya que de esa manera trasmiten tranquilidad a los miembros de la familia.
Para algunas familias es más importante que los niños y los jóvenes tengan un buen comportamiento y cumplan sus responsabilidades escolares. Sin embargo, más allá de las acciones es importante comprender la naturaleza de nuestros sentimientos, para valorar de manera afirmativa la existencia humana.
Es clave para este cambio actual en la familia no centrarse en relatos descalificativos de otros ni del sistema familiar, valorar los diálogos y relaciones que construyen los niños y los jóvenes con sus compañeros, fortalecer la autonomía dándole la responsabilidad de algunas situaciones que surgen en la cotidianidad; reconocer las habilidades de sus hijos y buscar espacios para conversar de estos aciertos y siempre respetar las opiniones de los niños y jóvenes así no esté de acuerdo con sus posiciones.
En este tiempo y momento actual es necesario reinventar y redefinir nuestras formas de sentir tranquilidad, amor y libertad, participando a través de nuevas formas de cuidado y protección de las sociedades humanas, que no sólo piensan en el bien particular sino en el bien común.
“Pensar en la familia significa elevar la potencia afirmativa a un nivel superior”, significa observar a mi familia como un equipo que actúa en red para complementarse… significa un cambio en cada ser humano viendo al otro como una oportunidad de construir espacios de cooperación, cuidado y libertad en el siglo XXI.
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Especial para Revista Edu.co
Realizado por:
Alexander Moncaleano Buitrago
Psicólogo del ciclo III
Servicio de Asesoría Escolar – SAE
Colegio San Bartolomé La Merced