Piensa bonito

En este libro, el autor identifica los ocho errores de pensamiento más comunes y revela las claves para pensar bonito

Comparte este artículo

En este libro, el autor identifica los ocho errores de pensamiento más comunes y revela las claves para pensar bonito, un nuevo estilo de pensamiento más abierto y expansivo, que te invita a explorar tus límites para alcanzar la mejor versión de ti mismo.

¿Sabías que tus pensamientos rigen la relación que tienes contigo mismo y con las personas que te rodean? Es más, tus pensamientos pueden ayudarte a expandir tu vida o, por el contrario, pueden limitarla.

En Piensa bonito, Tomás Navarro nos explica que el secreto para lograr una vida plena consiste en aprender a pensar bien y a saber distinguir los pensamientos racionales.

-Pensar bonito es el mejor aliado que tienes para poder vivir la vida según tus deseos y prioridades.

-Pensar bonito te permite ver oportunidades donde otras personas no pueden verlas.

-Pensar bonito es armarte de resiliencia para gestionar la adversidad sin sufrir más de lo necesario y ser compasivo con los que te rodean.

El psicólogo Tomás Navarro nos acerca a un nuevo estilo de pensamiento más abierto, más creativo y más resiliente para lograr una vida más plena. 

Tus pensamientos son la clave para transformar tu vida. Es momento de superar tus limitaciones y llegar al siguiente nivel.

Los siguientes errores nos impiden, de un modo u otro, pensar adecuadamente en nuestro día a día, y sin darnos cuenta limitan nuestras opciones de vivir una vida más feliz. Cada uno de estos errores ocupa un capítulo del libro.

1.Piensas demasiado rápido

Pensar adecuadamente para valorar una situación puede suponer la diferencia entre la vida

y la muerte. A más velocidad, más riesgo de error. Necesitamos tomarnos un tiempo para pensar. Ante determinadas situaciones, determinados problemas o ciertos desarrollos, necesitamos dedicar todo el tiempo que podamos. De repente tenemos pensamientos y resultados que no están mal, pero si somos capaces de darles tiempo, podremos darles la oportunidad de madurar y serán mucho mejores.

Pensar bonito requiere tiempo.

  1. Piensas superficialmente

¿Cuándo pensamos superficialmente? Pues casi siempre. Para empezar, cuando estás

haciendo dos cosas a la vez. Cuando hacemos varias cosas a la vez, no podemos dedicarle el tiempo y la atención que necesita cada tarea y eso provoca que no pensemos bonito, que alarguemos las tareas, que sean de peor calidad y que tengan más errores.

Pero, otras veces, el problema no es que estemos haciendo varias cosas a la vez, sino que tenemos prisa por acabar. A veces tenemos hambre, sueño, una cita pendiente o simplemente ganas de terminar, y acabamos haciendo una tarea o analizando un problema de manera demasiado superficial.

Corremos mucho para no llegar a ninguna parte.

  1. No confías ni en ti ni en tus posibilidades

El miedo y la inseguridad toman el control de nuestro pensamiento y nos limitan y condicionan la vida. Una de las principales características de una persona insegura con una baja autoestima es que tiene dificultades para afrontar situaciones que requieren valor, que suponen una exposición a otras personas o que precisan una buena dosis de seguridad y confianza en uno mismo.

Una vida bonita es incompatible con la inseguridad.

  1. Das importancia a lo que es irrelevante

Perdemos mucho tiempo y mucha calidad de vida en discusiones, pensamientos y objetivos intrascendentes. Si somos capaces de aprender a discriminar aquello a lo que atender de aquello a lo que ignorar tendremos una de las claves más importantes para pensar bonito.

Cuando ignoras más que atiendes, te focalizas en lo importante.

  1. Limitas tus alternativas

Algunas personas creen que no pueden crear su propia empresa; otras, que no son dignas de ser amadas, y otras muchas, que hagan lo que hagan su vida escapa a su control. Estos son errores de pensamiento que hacen sus vidas más pequeñas. Una cosa es que el pensamiento sea de calidad y nos ayude a expandirnos, y otra que provoque todo lo contrario, que nos limite y nos perjudique en nuestro día a día, nuestros objetivos y nuestra vida.

No todo lo que pensamos es de calidad, ni acertado, ni cierto.

  1. Crees todo lo que piensas

Tenemos dos problemas. El primero es que no siempre pensamos bien. El segundo es que no solemos ser capaces de distinguir cuando estamos pensando mal de cuando estamos pensando bien. Necesitamos una guía que nos ayude a discernir. No puedes confiar a ciegas en tu intuición.

  1. Sacas conclusiones y tomas decisiones cuando no estás bien

Si hay algún momento en el que no podemos hacer caso de lo que estamos pensando es, precisamente, en esas circunstancias, por lo que es importante no dejarnos llevar por un estado de ánimo inadecuado. Cuando estamos bien, pensamos bien y estamos receptivos, creativos y de buen humor. Nos damos cuenta de algunos de nuestros errores o limitaciones y tratamos de corregirlos. Pero cuando estamos mal, ¡ay cuando estamos mal!, pensamos mal, en clave negativa o incluso agresiva. Cuando estamos mal, nuestras preocupaciones toman el control y somos incapaces de concentrarnos. Además, cuando estamos mal se disparan los sesgos y errores que podemos cometer, por lo que no es un buen momento para tomar decisiones, sacar conclusiones o hacer planes de futuro.

Tomás Navarro @tomasnavarropsi

Es un psicólogo enamorado de las personas y de lo que estas sienten, piensan y hacen. Tiene una dilatada experiencia internacional como psicólogo, consultor y escritor. En la actualidad reparte su tiempo entre la escritura técnica, la formación, la consultoría, las conferencias y los procesos de asesoramiento personal y profesional. Trabaja y reside en el Pirineo, y ha publicado con gran éxito internacional las obras Fortaleza emocional, Wabisabi, Eres más fuerte de lo que crees, Yo soy así y Kintsukuroi, que han sido traducidas a más de veinticinco idiomas.

Por: Por: Redacción Revista Edu.co
Equipo de redacción de Revista EDU