Neuromitos en la Educación: Su influencia en el aula y en los padres de familia (19ª. Entrega)

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En el siguiente artículo encontrarás la verdad acerca del funcionamiento del cerebro, las tareas que ejecuta y los estudios que se han realizado al respecto.

Mito 80: La sensación de dolor es igual en todas las personas. No es cierto. Depende de varios factores, como el biológico, el psicológico, del umbral de dolor y de la capacidad de autocontrol que cada persona tenga. Al respecto, el neurólogo Antonio Rial (2016, p. 96) dice: “La tolerancia al dolor es única para cada persona y está determinada por factores biológicos y psicológicos. Un mismo daño puede significar para algunos una tortura, mientras otros le restan importancia y conviven con él sin mucho problema. Y es que la experiencia dolorosa implica tanto una transmisión bioquímica y neurológica como una experiencia emocional”.

Mito 81: El rechazo social molesta pero no causa ningún efecto negativo en el cerebro. No es cierto. Nuestro cerebro por naturaleza es sociable, ya que tiene que ver con varios aspectos: con la supervivencia, el formar parte de un grupo social, el ser aprobado y aceptado, el sentirse bien y feliz, especialmente por la familia, los compañeros, los amigos y por los contextos sociales de estudio y laborales. En suma, lo social forma parte de nuestra prosperidad, compañía, colaboración y satisfacción que nos hace sentir muy bien; pero también el rechazo nos hace mucho daño desde el punto de vista saludable, biológica y psicológicamente, en especial durante la niñez y la adolescencia. Al respecto, el neurólogo Antonio Rial (2016, p. 71) afirma: “El cerebro humano responde al rechazo social de una manera similar a la forma en la que procesa el dolor físico. La sensación de que los demás no nos quieren, que no aprecian lo que hacemos, puede terminar por causar trastornos de la personalidad e incluso depresiones. Todo depende del nivel de fortaleza, de resistencia previa que tengamos ante el rechazo de los demás”. Y más adelante (pp. 94-95): “Cuantos más amigos tengamos, más se desarrollan determinadas áreas del cerebro. Es lo que sugiere una investigación que han llevado a cabo científicos de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, que han conseguido distinguir que, entre las personas sociables, hay seis zonas cerebrales que no solo tienen mayor tamaño, sino que, además, están mejor conectadas entre sí en comparación con lo que ocurre en aquellas que tienen pocos amigos. /…/ Los que tienen más amigos, los más sociables, son justamente los que tienen más fortalecidas las conexiones entre el córtex y esa área de empatía”.

Mito 82: Las personas que logran una posición alta son líderes. No es tan cierto. Con frecuencia, se llega a cargos de importancia y de poder, ya sea en el ámbito de la política, o también empresarial, por fuerza de recomendaciones y compromisos políticos, o simplemente por parentesco familiar, o por amistad. Al respecto los médicos y neurólogos investigadores Jaime Toro Gómez y Manuel Yépez Sans (2018, p.75) nos dice: “Esta es una de las equivocaciones más frecuentes, hay personas que llegan a altas posiciones, no por sus capacidades de líder sino por influencia política, lo cierto es que, en muchas organizaciones, hay líderes desde las posiciones bajas hasta las más altas. Recordemos nuevamente que para que una persona sea líder debe tener seguidores”. A este propósito, ver lo indicado ya en el Mito 77.

Mito 83: La dislexia se produce porque el cerebro no logra representar correctamente los sonidos que escucha. No es cierto. De acuerdo con el neurólogo Antonio Rial (2016, p. 75): “Contra lo que se creía hasta ahora, la dislexia no se produce porque el cerebro no consiga representar correctamente los sonidos que escucha. Según un estudio llevado a cabo por el Consorcio de Investigación de Lovaina, de Bélgica, el problema radica en las conexiones entre las regiones auditivas y las del habla. Con técnicas de imagen, se analizó lo que ocurría en el cerebro de 23 adultos disléxicos. Se halló que las representaciones fonéticas se conservaban tan intactas como la de otros 22 adultos con habilidades normales de lectura que habían sido elegidos como controles para realizar las pruebas. La diferencia está en que en los disléxicos las áreas del procesamiento del lenguaje del cerebro tienen dificultades para acceder a los sonidos de las palabras que almacenamos cuando aún somos niños, cuando aún estamos aprendiendo a hablar”. Y más adelante (p.76) concluye: “Tras descubrir que el problema de la dislexia está en las conexiones del cerebro, y no en el almacenamiento de los sonidos, el responsable principal del estudio, Bart Boets, cree que, tras 40 años de investigación, habrá que cambiar la forma de analizar este trastorno”.

-*Ilustración tomada de:

GOOGLE.com.co/search?source=univ&tbm=isch&q=ilustracion+expresi%C3%B3n+de+dolor+libre+derechos+de+autor&sa=X&ved=2ahUKE

– RIAl, Antonio (2016). Repensar el cerebro. Secretos de la Neurociencia. Cátedra de divulgación de la ciencia. Publicación de la Univ de Valencia (España).

– TORO Gómez, Jaime, y Yépez Sanz, Manuel (2018). El Cerebro del Siglo XXI. Edit. El Manual Moderno, Bogotá.

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Especial para Revista Edu.co

Por:

Jesús Gúttemberg Bohórquez C. (GIMNASIO LAS PALMAS)

Educador e investigador. Escritor educativo y de aprendizajes

Lic. Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia

Lic. Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia

Postgrado de Especialización Seminario Andrés Bello, Bogotá

Postgrado Univ. de Augsburg (Alemania)

Exinvestigador del Instituto Caro y Cuervo, Bogotá

Exinvestigador del Sprachenzentrum, de la Univ. de Augsburg

Cofundador de la Universidad S. Martín. Bogotá.

Rector Fundador del colegio Gimnasio Las Palmas y de Cetincol S.A.S., Bogotá