Cómo hacer que me pasen cosas buenas en el instituto

¿Cómo hacer que me pasen cosas buenas en el instituto?

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¡Preparada para escribir un nuevo artículo! El artículo lo quiero dirigir a adolescentes. Me gustaría que la estructura del texto fuera diferente: escribir lo que siento, lo que pienso, de la misma forma que cuando empiezas a dibujar haciendo primero bocetos. Escribir lo que va pasando por mi mente. Unir creatividad, bocetos, ideas, educación, desarrollo personal, instituto, felicidad, cómo hacer que te pasen cosas buenas, neurociencia, novela juvenil, … ¿Tiene sentido? Vamos a ver qué sucede.

Así que empiezo:

Una adolescente, con pelo rojizo hasta los hombros, ojos marrones y ceño fruncido. ¿Por qué tiene el ceño fruncido? Porque se pasa curso tras curso enfadada. Está enfadada con la vida, con los profesores, con la educación. No toma conciencia de cómo su enfado está tomando demasiado protagonismo en su personalidad hasta que un compañero tiene que dibujar en clase. Cuando mira el dibujo puede verse desde fuera como una espectadora de sí misma. Puede sentirse más allá del dibujo, toma conciencia de muchas cosas. Aparece un silencio y reflexiona. No quiere continuar así. Quiere cambiar, desea que le pasen cosas buenas, ya no quiere ser más víctima. ¡Se rinde!

Le hablo a la protagonista de la historia:

– ¡Por fin! Ahora es cuando puedes reescribir tu historia, tu realidad, pero esta vez más a tu favor. Si eres víctima no puedes crear. El primer paso es rendirse, que no es sinónimo de resignarse con lo que hay. Hay que rendirse a lo que es, a lo que sucede ahora mismo,

sabiendo que todo es un puzzle mágico y, cuando tengas todas las piezas, entenderás los “para qué» de cada situación. Así que eso es lo único que te tienes que preguntarte: ¿para qué está esta situación en mi vida, qué tengo que aprender de ello, cómo puedo darle un giro de 360o? Y soltar el control.

Sin preguntas no pueden haber respuestas. Las respuestas pueden ser instantáneas o llevarte unos días, semanas, … No importa porque siempre vienen. Nuestro cerebro funciona así. Pon una intención y este, más pronto o más tarde, te dará la respuesta. Esta es la función del S.A.R.A. (sistema activador reticular ascendente). Ahora no voy a entrar a explicar esta parte del cerebro pero si quieres saber más sobre este tema puedes leer el libro “Coaching creativo para estudiantes” o el libro ilustrado “No me cuentes un cuento”, que además forma parte de un proyecto con material adicional en forma de vídeos y cursos online.

La adolescente se queda intrigada. Ella no conocía esta parte del cerebro y su función. Le entra curiosidad y apunta el nombre de los libros.

Y sigo diciéndole:

– Rendirse es aceptar lo que hay pero poniendo un foco en tu mente con mucha claridad de lo que deseas, aunque de momento quizá no tengas ni idea de cómo llegar ahí o la realidad que vives no tiene nada que ver con lo que deseas. Es muy importante mantener una mente positiva, abierta a los cambios y con confianza.

Sí, ya sé lo que me vas a decir: que es muy fácil ser optimista cuando te suceden cosas buenas pero ¿cómo lo haces cuando el exterior, los demás, no están aparentemente a tu favor?

Algo muy importante que tienes que tener en cuenta es no tomarte las cosas a nivel personal, como un ataque a tu persona, aunque lo pueda parecer. Lo más habitual es que la raíz de la acción del otro no tenga tanto que ver contigo sino con él mismo. Algo no está en su sitio en el otro: quizá le has tocado una herida, removido un conflicto no resuelto, una creencia equivocada o simplemente está teniendo un mal día.

La adolescente me dice que lo que le estoy diciendo le hace recordar algo que le sucedió a su hermano hace tiempo. Se peleó con un chico de su instituto y llamaron del instituto a sus padres para informarles de lo que había sucedido. Si se repetía podrían expulsarlos unos días.

En el instituto les aconsejaban que su hermano y el otro chico tuviesen el mínimo contacto para no generar ningún incidente más. Sus padres podrían haber reaccionado como fieras con su hermano. Pero no fue así. Hablaron primero con él para ver realmente qué había sucedido y, al ver y sentir que realmente no había sido algo grave, no quisieron poner foco para que no se hiciera más grande. Simplemente le aconsejaron que quizá lo de alejarse no sería lo mejor; si él creía que debía pedirle perdón hablaría mucho de su valentía.

Quizá sería también importante expresarle al otro cómo le había hecho sentir, cuáles eran sus sentimientos frente a lo sucedido. Su hermano para su asombro habló con él y, además de pedir perdón, se hicieron amigos.

Cómo hacer que me pasen cosas buenas en el instituto

– ¡Un ejemplo perfecto de cómo darle un giro de 360o a la situación!

También es muy importante entender en qué estado emocional y vibracional estamos, ya que esto atraerá situaciones con la misma vibración. Si estamos enfadados o de mal humor es muy fácil contagiar este estado a los demás, por lo tanto no nos extrañemos que nos contesten de la misma forma o peor para poder defenderse. Cuando no te sientas bien intenta sentir cuál es la causa de tu estado y si hay algo que puedes hacer para cambiarlo. Pregúntate cuál sería el pensamiento que te ayudaría a sentirte un poco mejor.

A continuación vuelve a preguntarte cuál sería ahora el siguiente nuevo pensamiento que te haría sentir aún mejor. Así varias veces hasta sentirte bien o tomar conciencia de qué acción, por pequeña que sea, puedes hacer para cambiar tu estado emocional.

También puede suceder lo contrario. Estar con alguien triste, de mal humor o enfadado y

contagiarle con intención tu alegría o positivismo. El estado emocional se contagia y tenemos la capacidad de cambiar el de los demás.

Esto me recuerda el caso de una chica que fue a una imprenta para que le imprimieran un

trabajo. El trabajador que la atendió estuvo un buen rato ignorándola totalmente. Y cuando por fin lo hizo su tono de voz era bastante desagradable. Esta chica, que conocía muy bien la capacidad del ser humano para cambiar las situaciones y ánimo de los demás frente a ese comportamiento, respiró varias veces antes de reaccionar frente a lo que parecía más bien un insulto o una falta de respeto hacia ella. Empezó a decirse en su cabeza que esto no tenía que ver con ella; quizá el chico estaba saturado y lo estaba pagando con ella. Empezó una y otra vez a cambiar sus pensamientos negativos y a decirse cosas optimistas y, cuando consiguió que sus emociones se relajen, empezó a empatizar con él, hablándole de la responsabilidad que debían de tener en su trabajo. Le preguntó por cómo se sentía en su trabajo, si tenían mucha faena, etc. Finalmente consiguió plena atención de él con un trato muy bueno que no solo quedó en ese día sino que, cuando otro día volvió, fue él quién se levantó para saludarla y obtuvo de él un trato privilegiado.

Así que antes de reaccionar frente a alguien respira, cuenta hasta tres y pregúntate ¿cómo podrías actuar para darle la vuelta a la experiencia? En el próximo artículo te cuento más sobre… ¿cómo esta adolescente ha conseguido que le sucedan cosas buenas en el instituto?

Acerca de María José Llorach

Terapeuta de PNL y Coaching Creativo, investigadora de desarrollo personal, diseñadora gráfica, ilustradora y escritora. Con 14 entrecuentos y libros publicados sin contar las versiones en otros idiomas. www.xunmundomejor.com.es

Especial para Revista Edu.co
Por: María José Llorach
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